Un palestino abrió fuego afuera de una sinagoga de Jerusalén Oriental el viernes por la noche, matando a seis personas e hiriendo a otras cuatro en uno de los ataques más mortíferos contra israelíes en años, informaron autoridades médicas. El ataque terminó luego de que agentes de la policía balearon al agresor. La agresión ocurrió un día después de que tropas israelíes mataran a nueve palestinos en una redada en Cisjordania y aumentó la probabilidad de más derramamiento de sangre.
La escalada de violencia representa un desafío para el nuevo gobierno israelí de línea dura y ensombrece el ambiente antes de la visita del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien llegará a la región el domingo.
Es probable que Blinken analice las causas subyacentes del conflicto que sigue enconándose, la agenda del nuevo gobierno de ultraderecha de Israel y la decisión de la Autoridad Palestina de suspender la coordinación de seguridad con Israel en represalia por la letal redada. El servicio de rescate israelí MADA confirmó inicialmente cinco muertes y dijo que entre los heridos había una mujer de 70 años en estado crítico y un niño de 14 años en estado grave.
Un hospital dijo más tarde que una sexta persona herida había muerto. La policía dijo que el agresor fue “neutralizado”, un término que generalmente significa que fue abatido fatalmente. Sin embargo, no hubo confirmación oficial. En varios lugares de la Franja de Gaza, decenas de palestinos se congregaron para realizar celebraciones espontáneas por el ataque en Jerusalén, y algunos salieron de tiendas de postres con enormes bandejas de dulces para repartir gratuitamente.
Se registraron celebraciones similares en la ciudad cisjordana de Ramala. El ataque se produjo en medio del aumento de las tensiones. Manifestantes marcharon durante el entierro del último de los 10 palestinos asesinados a tiros por fuerzas de Israel un día antes.
Después del funeral de Yusef Muhaisen, un palestino de 22 años, estallaron altercados entre fuerzas israelíes y los manifestantes palestinos en el norte de Jerusalén y otras partes de la Cisjordania ocupada, pero la calma prevaleció en la capital en disputa y en la Franja de Gaza bloqueada.
El operativo del jueves en el campo de refugiados de Jenin se tornó en un tiroteo en que murieron al menos nueve palestinos, y enfrentamientos en otros lugares dejaron un décimo muerto. Los milicianos de Gaza dispararon luego misiles e Israel realizó ataques aéreos durante la noche, pero el intercambio fue limitado.
En el funeral de Muhaisen, una multitud de palestinos ondeó banderas tanto de Fatah, el partido que controla la Autoridad Palestina, como del extremista Hamas, que gobierna Gaza. En las calles de la ciudad llamada al-Ram, palestinos enmascarados lanzaron piedras y fuegos artificiales contra policías israelíes, que respondieron con gases lacrimógenos.