Un  paraíso con un peligroso acceso

Un  paraíso con un peligroso acceso

POR ARISMENDY CALDERON
EL CEDRO,  Miches.-
La gente de aquí los ha bautizado como “jorocones”, sin conocer exactamente lo que eso significa, porque a diario llegan en costosas y lujosas jeepetas, forrados  de dólares y pesos. Otros lo hacen en modernos helicópteros que usualmente sobrevuelan en la misma zona, toman gráficas y fotografías y se retiran del área.

Algo grande se mueve en esta zona. El dinero corre a borbotones, por millones, circulando de mano en mano. Se reparte entre padres, hijos y hermanos. Cifras escalofriantes con las que nunca muchas familias soñaron.

Intermediarios, abogados y agrimensores se arremolinan en torno a los inversionistas, extranjeros y dominicanos. Llegan todos los días por Higüey, cruzando la Cordillera Oriental o por Sabana de la Mar.  No importa el deterioro de las vías de acceso a este lugar, ni los derrumbes de tierra, ni los múltiples obstáculos. Se las ingenian para llegar a los puntos más remotos donde todavía queda un metro de tierra próximo a la franja costera, a Laguna Redonda, Loma Redonda o Laguna Limón.

Los lugareños que ya han vendido sus propiedades, y aquellos que están en proceso de venta, identifican a los inversionistas y sus allegados por el color de las pipetas o de los helicópteros que se movilizan desde Bávaro, varias veces al día y los fines de semana, por el Distrito Municipal de El Cedro, donde están las tierras más apetecidas. 

La codicia por los terrenos en esta región, por la que los lugareños han recibido recursos que nunca imaginaron y  tentadoras ofertas que los hace soñar despiertos, ha desatado una febril bonanza que se manifiesta en la construcción de casas  en distintas comunidades, compra de vehículos, especialmente camionetas y pipetas último modelo, minibases y negocios.

Desde el poblado de Miches hasta El Cedro se observa el movimiento de obreros trabajando en la construcción de nuevas viviendas, en la remodelación de otras, en anexos,  mejoras o anexos para guardar los vehículos adquiridos.

La actividad atrae a otros individuos que, al decir de los lugareños, son “vivos que sólo vienen a hacer bulto”, y que de una u otra manera quieren participar  y disfrutar del botín de la compra de terrenos turísticos.

“En una semana aquí se distribuyeron más de tres mil millones de pesos entre familias que tienen fincas cerca de la playa o de Laguna Redonda.

A una sola familia le entregaron 25 millones de dólares, a otra familia 194 millones de pesos, y así por el estilo. Aquí, del que uno menos cree, se va embolsillar, calladito, de  60 o 70 millones de pesos. Es una verdadera locura lo que está ocurriendo aquí”, comentó un abogado que participa en las transacciones de terrenos.

Los terrenos adquiridos eran espacio para la crianza de vacas y la recolección de cocos, donde los depredadores merodeaban en horas nocturnas capturando cangrejos. Sin embargo, esos espacios son vigilados celosamente por guardianes privados.

 Lo más difícil.  Parte del tramo de carretera El Seybo-Pedro Sánchez se ha tornado intransitable. Las autoridades provinciales y la secretaría de Obras Públicas han prometido rehabilitar esa vía, pero con el paso del tiempo el problema empeora.

 “El gobierno sólo existe para dos o tres que están en la papa. Este gobierno no se acuerda de los pobres”, dijo Justiniano Rodríguez.

La vía de acceso a Miches por Sabana de la Mar es la tan peligrosa como llegar por Higüey. Pocos vehículos hacen la travesía, pues la carretera Hato Mayor-El Valle-Sabana de la Mar está en pésimas condiciones.

Los turistas que visitan las hermosas playas de esta región ponen en peligro sus vidas. Este lunes, Día de La Altagracia, un autobús lleno de extranjeros estuvo a punto de volcarse en la comunidad Las Zanjas, donde Obras Públicas construye una alcantarilla.

El tramo Higüey-Miches es uno de los más peligrosos de transitar en toda la región este.

Una amarga experiencia.  Los visitantes quedaron atrapados a finales del mes pasado por la crecida del río El Cedro, donde no hay puente para cruzar. Durante el largo feriado las intensas lluvias provocaron las crecidas de los ríos de la región y muchas personas quedaron varadas. Un pequeño badén sobre el río El Cedro, construido en el 2004, quedó sepultado bajo las turbulencias de las aguas.

 El último susto de los turistas franceses, rusos, alemanes, británicos, italianos y canadienses ocurrió la tarde del lunes, cuando el autobús de transporte turístico en que viajaban estuvo a punto de colapsar. Todos bajaron asustados del vehículo, tomaron fotos y filmaron el incidente. El chofer de un camión de carga salvó la situación. Buscó una gruesa cadena, lo ató a la defensa y haló con fuerza. Ahí terminó el penoso episodio.

“Es lamentable  que por la irresponsabilidad del Gobierno los extranjeros que nos visitan presencien este tipo de espectáculo, especialmente en una carretera que se supone es turística, pero como usted puede notar, transitar por ella se está convirtiendo en un verdadero desafío”, comentó el médico Leo Chávez, quien junto a un grupo de amigos profesionales se vio forzado a retornar por la carretera de Higüey por la crecida inesperada del río El Cedro.

DE MAL EN PEOR

En contraste con el aire de bienestar económico de muchas familias de esta región, las vías de comunicación siguen de mal en peor. El Municipio de Miches, el Distrito Municipal de El Cedro, Las comunidades de La Mina, Los Jicacos, Guaco, Las Lisas, siguen prácticamente incomunicadas.

Las lluvias han deteriorado la carretera panorámica El Seybo-Miches, en la Cordillera Oriental. Muchas familias que viven de la agricultura, principalmente de la producción de ñame, temen que los derrumbes en ambas orillas de la vía generen desgracias lamentables.

 “Vivimos desamparados en esta loma. Los políticos cuando quieren los votos de nosotros vienen a prometer villas y castillas. Pasan las elecciones y no se dejan ver por aquí. Los políticos son toditos unos sinvergüenzas. Hay que quemarle las plantas de los pies, por malos que son”, dijo Inmaculada Torres.

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