Un particular y colorido hogar museo

Un particular y colorido hogar museo

Moseñor Nouel, Bonao. Todo el mundo tiene sueños en la vida, pero pocos tienen la oportunidad de darle forma y color.

No es el caso de Cristian Tiburcio,  quien a fuerza de poner en práctica su talento  está viviendo a la altura de  sus anhelos. Para el artista plástico la respuesta es coexistir en un fantasía hecha realidad, pieza a pieza.

Desde hace varios años Cristian  ha ido convirtiendo su hogar en un curioso museo, y aunque todavía no se ha inaugurado, ya se instaura como uno de los monumentos célebres de Bonao, su ciudad natal.

Su talento hace de la pintura y la escultura que conforman esta edificación, una poesía que va pasando de lo sutil a lo erótico. Esto así porque desde la entrada hasta el más íntimo rincón, la casa es una obra de arte.

Esta lugar tiene un aspecto de castillo;  la puerta  principal parece la de la casa de Frankenstein, y una vez  se abre el encuentro es impresionante.

Cada pared es un mural diseñado con trozos de cerámica y mosaico que, puestos diligentemente, expresan una fina composición de chispa y sensibilidad artística en la que su autor no ha perdido la inspiración con que la que desde el primer momento fue concebida.

Aunque no pudimos conocer sus mejores obras: sus hijas  Azul y Crisli, Cristian ni por un instante dejó de mencionarlas diciendo que tanto ellas como su esposa  Lisbeth forman parte importante de este sueño, al cual sólo le falta   para concretarse siete columnas,  un patio y una cúpula.

“Mi familia ha sido la más sacrificada;  aquí invierto todos mis recursos, pero gracias a Dios mi familia me entiende y me apoya”, apuntó el artista.

Un monumento para Bonao
Guiada por el pincel y la tela del maestro  Cándido Bidó, esta ciudad  se ha convertido en una tierra que promueve la cultura a través del museo que lleva su mismo nombre. Y es que Monseñor Nouel  cada vez cobra más influencia  en cuanto a arte se refiere. Ahora la casa de Cristian representa para este pueblo un nuevo atractivo artístico, que sin duda viene a confirmar lo que ya se sospecha:  que en  Bonao, además de atractivos ecoturísticos,  hay arte para rato.

En este museo hogar los colores resaltan la vivacidad tropical caribeña, y dentro de la atractiva mezcla de tonalidades sobresale el azul como signo indeleble de la admiración hacia su maestro Cándido Bidó.

Proyectos
Cristian desea que esta sea la casa de los artistas, para que cuando esté terminada exponentes de diversas áreas del arte tengan un espacio.

“Mi meta es que actores de teatro, cantantes de jazz o pintores sientan que  este espacio es suyo, por eso el patio servirá como escenario para presentaciones artísticas y  tendrán cuatro habitaciones para ellos”, enfatizó   emocionado.

El protagonista

Cristian Tiburcio

Artista y gran soñador

Este artista cuenta que supo muy bien desde niño  lo que quería ser en su vida, por ello desafío  las críticas y el desacuerdo de sus familiares para lograr su sueño: ser un artista. Recuerda  que desde muy pequeño rompía las sabanas y dejaba podrir jagua  y usaba su tinta para pintar, (según Tiburcio, cuando esta fruta se pudre crea una tinta). Pero reconoce que quien lo consagra  como artista   fue  Cándido Bidó. Tiburcio cuenta que Bidó fue quien le animó a aprovechar su talento.

Zoom

Para otros talentos

Tiburcio tiene en carpeta la construcción de un “jardín de esculturas” con flores y árboles diseñados en hierro, bronce y acero, además de animales nativos y exóticos impregnados del más convincente realismo que dé al visitante la impresión de que disfruta de un parque natural envuelto en todas las manifestaciones  que implica el arte. Este jardín cultural contaría con una fuente de agua, una glorieta y una escultura de 30 pies de altura..

El alfa y omega de la casa

Bidó fue el de la idea

Tiburcio cuenta que Bidó fue quien le animó a aprovechar miles de pedazos de cerámica que tenía como desperdicio en el patio de su casa, y a partir de ese momento se inicia la historia de la obra que ya tiene diez años de construcción y que el artista no sabe cuándo podrá terminarla, ya que la está construyendo con los recursos que gana de la ventas de sus pinturas.

Hasta el momento solo ha recibido ayuda de la Falconbridge Dominicana.

Tiene en agenda presentar una exposición itinerante en la cual pretende vender sus  pinturas y esculturas para recaudar fondos y continuar los trabajos de la construcción de su mansión. En el futuro pretende construir una “casa normal”, al lado, para mudar a su familia para que así  tengan más intimidad ya que reciben personas a diario.

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