Salamanca. España. El día estaba frío y el pronóstico de lluvia se preveía bastante certero. Pero ¿cómo cambiar los planes y postergar más el conocer una tierra que el mismo Miguel de Cervantes tilda de mágica con frases como: “Salamanca que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado”?

No. La lluvia no pararía la fiesta del grupo de dominicanas que teniendo como guía a un amigo español, partíamos a primeras horas de la mañana  hacia la comunidad autónoma de Castilla y León, de la cual Salamanca es capital.

Mientras avanzábamos a ella, nos sumergíamos en la blancura de un mundo compuesto por árboles que cedían su verdor al encanto de la nieve. Ella los poseía y nos encantaba a nosotras que, caribeñas al fin, nos deleitábamos al presenciar de cerca los efectos posteriores a una nevada tardía en Madrid.

Pero, como una especie de recompensa ante nuestra persistencia, la tierra salamanquina nos recibió con sol. Su verdor y sus trazos marrones nos hicieron evocar, confesamos que  con un dejo de nostalgia, la zona  Norte de República Dominicana y tras reencontrarnos con nuestro astro sol, tan perdido en esos últimos meses, pisamos la tierra del saber dispuestas a, tal como predijo Cervantes, dejarnos hechizar por la magia de Salamanca.

De Plaza Mayor, universidad, rana y otras tradiciones.  La lógica europea manda que al llegar a una ciudad, lo primero que debe hacerse es acudir a la Oficina de Turismo más cercana y así proveerse de mapas y rutas ¡Y por suerte la de Salamanca está ubicada en la misma Plaza Mayor!, ese lugar  que, por imprescindible, se repite en cada ciudad española. Pero la de Salamanca tiene vida propia. Al visitarla contemplará usted una de las plazas e este tipo  más animadas de España, en donde  el sol, la música, los retratistas, las “cañas” con limón  y turistas de todo el mundo convergen para que la magia cobre cuerpos y espacio.

Conocida la Plaza Mayor, el próximo destino obligado es nada más y nada menos que la Universidad de Salamanca: famosa mundialmente desde hace siglos, exhibe el honor de ser la universidad, en activo, más antigua de España. Fundada en 1218 por Alfonso IX de León, es la primera de Europa que ostentó el título de Universidad por el edicto de 1253 de Alfonso X de Castilla y de León y la bula del Papa Alejandro IV en 1255.

Al llegar a ella, debe cumplir con la divertida tradición de la rana, que consiste en que toda persona que acude hasta la puerta de la Universidad de Salamanca debe localizar una ranita que se encuentra dispersa en la fachada, de estilo plateresco y tallada en la famosa piedra de Villamayor. Aquellos que la encuentren tendrán  buena suerte, de ahí que era una tradición muy seguida por los estudiantes, a lo que ahora se suman los turistas ¿Quiere una pista? ¡Busque por la derecha de la puerta!.

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Palabras célebres

 Sobre Salamanca diría Cervantes en “El licenciado Vidriera”, de su  libro “Novelas ejemplares”: “Salamanca que enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado”.   Miguel de Unamuno  tambien dice de ella: “Salamanca, renaciente maravilla, académica palanca de mi visión de Castilla”.