¿Un pedazo de papel?

¿Un pedazo de papel?

BONAPARTE GAUTREAUX PIÑEYRO
El doctor Joaquín Balaguer, quien agotó varios períodos presidenciales, dijo que la Constitución de la República era “un pedazo de papel”. Principios, instituciones, reglas, rodaron por el suelo.

Cierto, el doctor Balaguer se burló de tal forma de la República que terminó siendo declarado Padre de la Democracia en este país de los contrasentidos, ese gran servidor de la tiranía, de la hegemonía norteamericana, a quien no se le apretó el pecho para disponer toda suerte de atropellos a cualquier derecho, principio, actitud, disposición que fuera contraria a su ejercicio de que “el fin, justifica los medios” (ojo con los discípulos de nuevo cuño).

Respondió al modelo de gobernante de Santana, Báez, Lilís y su maestro directo: Trujillo, de ahí su desprecio visceral de todo lo que se opusiera a su voluntad omnímoda.

Continuaremos el camino equivocado, en materia constitucional, mientras la Constitución sea fruto de acuerdos de aposentos entre partidos con relativo crédito que no siempre representan los mejores intereses del pueblo.

La Constitución debe ser fruto de un gran debate en el cual se recojan las propuestas y se les presenten al pueblo para que elija Diputados a una Asamblea Constituyente.

Nuevamente se recurre a la indeseada práctica de reformar la Constitución sin que el pueblo sea consultado. No es casualidad.

Obsérvese que los tres partidos principales: De la Liberación Dominicana, Revolucionario Dominicano y Reformista Social Cristiano, tienen un lenguaje y una propuesta en la oposición y desdicen de ese lenguaje y esa propuesta tan pronto arriban al poder.

Los vaivenes del electorado mucho tienen que ver con esas posiciones erráticas y volanderas de jefes de partidos que usan y han usado el poder como un modo de ascenso en la escala social y económica en vez de emplear sus fuerzas y sus talentos para servir a la Patria.

¿Patria? ¿Con qué se come eso? Dirá cualquiera de estos carajetes que por la permisividad nacional se atreven a presentarse en público porque siempre hemos contemporizado con los traidores y los cambia chaquetas. Ha faltado el castigo de la indiferencia social y la aplicación de la ley.

La Constitución es un instrumento que debe ser fruto de la decisión popular.

Diputados y Senadores elegidos bajo una lluvia del oro de la corrupción, no son los representantes idóneos que debe tener la sociedad para una tarea tan grande, tan importante.

La burla a las aspiraciones populares anda en todos los niveles y en todos los lugares. Aquí la culpa de reformas constitucionales mostrencas es de todas las instancias.

Vayamos a esta nueva reforma de la Constitución sometida desde el poder disminuido por los sempiternos actos de corrupción de funcionarios, (como en todos los gobiernos), bendecidos por un Congreso cuya legitimidad es y puede ser cuestionada en muchos de sus miembros.

Ojalá esté equivocado, pero creo que nueva vez será “más de lo mismo”.

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