Un peso fuerte trae sosiego

Un peso fuerte trae sosiego

Hubo tiempos en que Argentina hubiera tenido un viaje mucho más incómodo con la turbulencia que sacudió a los mercados emergentes este año. A Argentina se le perdonaron las cuitas de otros mercados, como África del Sur o Turquía, ahora que -en fuerte contraste con los años de 1990- su economía está protegida por excedentes en el presupuesto y en la cuenta corriente, una moneda subvaluada, reservas en divisas que crecen y reducción de sus necesidades financieras.

De manera significativa, el peso argentino se vio incólume por los disturbios, en relación con la mayor parte de las monedas de los mercados emergentes. Se depreció solo 1.3% en las dos semanas que siguieron el brote de los temores el 10 de mayo de que estaba en marcha una fuerte recesión en Estados Unidos, comparado con el 15% en Brasil y Turquía.

“Los inversionistas están discriminando más en estos días, y se quedan tranquilos en países con excedentes en la cuenta corriente y monedas subvaluadas, como Argentina”, dice Boris Segura, economista principal de mercados emergentes en Standish Mellon Asset Management.

Además, la economía real de Argentina es mucho menos vulnerable a las sacudidas externas y no se vio afectada por la turbulencia en el mercado de mayo y junio, de acuerdo con Esteban Medrano, un economista de Macrovisión Consulting, en Buenos Aires.

Él señala que, en gran medida como resultado de la crisis de 2001, ha habido salida de flujos de capital neto en Argentina en los últimos diez años, a pesar de altos niveles de capital extranjero entrando al país en los años 90. “No es que ahora seamos inmunes a las sacudidas externas, sino que estamos mucho mejor aislados que en los 90”, dice.

En realidad, Argentina sigue siendo un mercado volátil y todavía sufrió más que la mayoría de los mercados latinoamericanos. Los diferenciales de los bonos argentinos sobre los bonos del Tesoro de EEUU se amplió en 100 puntos básicos de inicios de mayo a finales de junio, mientras que la bolsa de valores cayó en 20%.

En el mercado de bonos, los “spreads” ahora se han ajustado de regreso a sus niveles anteriores, y a principios de la semana alcanzaron aún otra baja histórica de 306 puntos básicos sobre los “Treasuries”, la calificación más baja del riesgo país de Argentina desde antes de su “mega-default” de 2001. Agosto fue un mes fuerte para la deuda argentina denominada en dólares, particularmente, en el extremo largo de la curva de rendimiento. El bono par -el instrumento de más larga fecha disponible- subió en valor 10%. 

Las tasas baratas de préstamo han hecho que Argentina regrese al mercado y el miércoles anunció que vendería US$500 millones en bonos a siete años.

La saludable recuperación de la deuda soberana de Argentina ha estado impulsada por rendimientos en declive sobre los bonos del Tesoro de EEUU, pero también el hecho de que pueda cumplir fácilmente sus compromisos de financiamiento para 2006. Sin gran esfuerzo hizo el pago mas grande de la deuda desde la cesación de pagos, por US$2,3 millardos, a comienzos de agosto. Esto fue gracias en no poca medida al hecho de que había estado emitiendo deuda a tasas inferiores a las del mercado a Venezuela el año anterior.

Javier Alvarado, un economista de MVA Macroeconomía, en Buenos Aires, ve ahora las mejores oportunidades en el extremo largo de la curva de deuda denominada en pesos, en particular los bonos de Descuento. Con rendimientos que bajan en relación con los bonos del Tesoro de EEUU, particularmente la deuda de madurez más larga, y la perspectiva de un “aterrizaje suave” para la economía norteamericana como lo más probable, los inversionistas que buscan retornos más altos están empezando a ver de nuevo los atractivos de la deuda Argentina.

Para aquellos que sienten temores por la inflación y el crecimiento de la economía de EEUU, algunos analistas están a favor de los bonos Nobac de fecha más cercana. Vinculados a la tasa de interés interbancaria Badlar, son emitidos por el banco central con el fin de esterilizar sus intervenciones cambiarias para mantener una moneda débil, lo cual muchos esperan que continúe.

“Yo creo que hay espacio para que la tasa Badlar se incremente en los próximos meses, gracias al incremento en los requisitos de las reservas impuestos por el banco central el mes pasado -el efecto completo de esto no se ha materializado”, dice Benito Barber, un economista de HSBC en Nueva York, quien recomienda la compra de Nobacs.

Mientras que los mercados de bonos se han comportado con fuerza desde las bajas de junio, no ocurre igual con la bolsa de valores, que tuvo poca actividad en agosto.

Después de saltar la barrera de los 1900 puntos en abril, el índice Merval cayó por breve tiempo por debajo de los 1500 a mediados de junio, borrando todas las ganancias del año. Aunque ahora ronda por debajo de los 1700, los analistas albergan pocas esperanzas de nuevas alzas importantes por el momento.

Los mayores fondos de América Latina prefieren canalizar sus inversiones en otros sitios, con Schroders, el administrador de activos cuyo fondo latinoamericano fue la presencia mayor en la bolsa de valores de Argentina, limitando todavía su exposición a las acciones argentinas cerca de 5%, comparado con 54% en Brasil y 28% en México.

Los analistas locales se quejan de que las políticas del gobierno que han provocado mayores costos por trabajo y controles de precio están exprimiendo las ganancias de las compañías. “Las perspectivas para el corto plazo no son tan grandes”, dice Eduardo Fernández, de Rava Sociedad de Bolsa.

Dice que Tenaris, la acción responsable por las pequeñas ganancias del indicador argentino este año, que representa un quinto de su valor, está perdiendo brillo y está “cerca de su techo”.

VERSION IVAN PEREZ CARRION

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