En esta hora Villa Jaragua, una comunidad entronizada en la lejanía de la región sur, perteneciente a la provincia Bahoruco, está demandando de un plan municipal de desarrollo que permita a sus habitantes mejorar sus condiciones de vida material, cuyo objetivo estratégico sea el de romper las dinámicas de marginalidad, con énfasis en la población más desprotegida como la niñez, las mujeres, la juventud y los envejecientes.

Este plan ha de conllevar dentro de un marco de reformas y modernización, de forma tal, que sean consagrados los principios básicos que redunden en beneficio del municipio con solidaridad, equidad, eficiencia, eficacia, integridad y cooperación.

Un plan que aporte a la consolidación del tejido social municipal, aplicando una metodología de participación activa y comunitaria. Villa Jaragua es posible y los villeros deben aspirar a vivir en un municipio que responda a sus necesidades básicas de vida, proveyéndolos de lo indispensable para continuar viviendo con dignidad y a la altura de los nuevos tiempos.

No basta con que se hagan pequeñas obras, si estas no son capaces de integrar a sus munícipes.

Hay que someter al municipio de Villa Jaragua a un ambicioso plan estratégico de desarrollo que logre catapultarlo y colocarlo en el centro de la atención pública, para que de una vez y por todas rompamos con la malvada percepción foránea y local de que la Villa es un pueblo de come burros y bebedores de triculí.

La sociedad civil de Villa Jaragua tiene que ponerse en la cosa y proceder a constituirse en “Comité Gestor de Desarrollo”, donde estén integrados la comunidad educativa, las iglesias, los partidos políticos, las asociaciones de estudiantes, de amas de casa, las ONG y todo el que de manera independiente crea en el porvenir de su pueblo, está en el deber de asumir esta importante iniciativa.  El plan de desarrollo ha de contemplar el relanzamiento de la producción agrícola en términos generales y la remoción de las escuelas  que acusan niveles de deterioro, la remodelación de los polideportivos, creación de otro subcentro de salud, la construcción de una moderna casa de la comunidad, la recuperación de sus fuentes acuíferas (los cachones) que contemple la construcción de un moderno parque de recreación sana para niños, adolescentes  y adultos, el levantamiento de un proyecto habitacional en el entorno del casco urbano, la construcción de un moderno parque y un palacio municipal, un cuartel policial, local para la administración de justicia y la reconstrucción de todas las calles, aceras y contenes de nuestra pujante comunidad.

Villa Jaragua no debe dejarle la cancha solo a los políticos, quienes con  propuestas vacías y demagógicas se han convertido en los corresponsables del atraso de sus residentes.

Es por ello que hay que aunar esfuerzos y presentar una propuesta global de desarrollo municipal, y de esta manera sembrar la esperanza  en un pueblo que por años sin términos ha vivido de rodillas, clamando  por un progreso que nunca llega.