Un poeta en la sierra

Un poeta en la sierra

Es realmente curioso que siendo poeta de fina sensibilidad, José Jáquez no haya plasmado sus inspiraciones en un libro de poesías, pues no tengo dudas de que ocuparía también el sitial de uno de los grandes poetas que han puesto en el mapa literario latinoamericano el acento de lo que somos  como Nación.

José Jáquez, periodista, actor y autor de una notable biografía sobre Joseíto Mateo, además de textos de humor, nos sorprende ahora con este libro poco común, que ha titulado Por los caminos de la sierra, una  panorámica visual y literaria que nos introduce directamente a las montañas y parajes de San José de las Matas, su patria chica, tierra de hombres laboriosos y mujeres bellas.

En este nuevo libro, nos lleva de la mano por el maravilloso mundo de la Naturaleza, en 42 secciones de su región, perteneciente a la provincia de Santiago.

En una sucesión de cuadros de la sierra, Jáquez nos presenta los indescriptibles y verdes pinares, las mariposas, las palomas, las yeguas y los burritos mansos,  los barrancolíes, los carpinteros, que en su vuelo hacen hamacas; los ríos, de grandes o pequeños caudales, las cascadas brillantes, que se convierten en espejos iluminados con el sol; la cotidianidad de la aldea, donde el olor del café recién colado o la tierra húmeda, rincón de amores donde dimos los primeros pasos y, quizás, algún día seremos enterrados. Solamente un artista de la palabra como Jáquez, puede mantener tan elocuente ritmo de descripción, proceso mediante el cual se intenta representar, con mecanismos de expresión lingüística,  la imagen de una cosa, de una persona, de un ambiente, como si el lector lo tuviera delante o lo percibiera con sus propios sentidos.

Es decir, Jáquez nos crea la ilusión de la cosa vivida, con una sencillez tal que aunque en muchas ocasiones pretenda lograr la máxima objetividad posible, a veces se tiñe de la propia subjetividad del autor, contrario a las descripciones técnicas que solamente los especialistas entienden.

Veamos un párrafo: “¡Oh, grillo libre, que cantas en la noche oscura, qué clara es tu alegría, qué límpida tu alma, qué honda tu sonrisa! Quiero ser tú, perfumado de yaragua, sin más compañía que tú mismo y las estrellas, sin más hogar que la quebrada”.

José Jáquez sabe utilizar el idioma español con propiedad, combinándolo con sus impresiones sensoriales, al tiempo que demuestra que los sinónimos son de capital importancia para evitar lo que se denomina redundancia; pero también se aparta de aquellas repeticiones sonoras que pueden dar lugar a las llamadas cacofonías. Es por esa razón que la descripción que hace de la sierra puede servir de ejemplo para una clase de gramática o como ejemplo de un texto que constituye una auténtica muestra del arte de escribir.  El escritor redimensiona esta función  y da a los adjetivos cualidades de modelado que permiten dar determinadas formas a sus textos.

La descripción con su vertiente política no se queda atrás en Por los caminos de la sierra, donde al referirse al sitio llamado Manaclas  evoca a  Manolo Tavárez y su guerrilla de 1963, sin hacer alusión al nombre de quien en un momento fue llamado “El capitán de los Silencios. Veamos la visión poética:  “Con los pañuelos blancos izados sobre las cabezas como copos de algodón y la boca del fusil callada y mustia, y los rostros enjutos y ateridos, y el coraje escondido en la mochila, y las barbas rebeldes silenciadas”,

He aquí la impresión  del poeta acerca de lo que sucedió después:

“Y la sangre abonó la tierra, y brotó la simiente del pensamiento futuro, y los frutos se esparcieron por valles y montañas, y la cosecha grande de la libertad se recogió.

Escalaron los caminos verdes de las “escarpadas montañas” cargados de decoro, de patriotismo, de ilusiones; en las cúspides soltaron un puñado de palomas blancas, y bajaron al llano de pies,  y la ráfaga traidora no pudo apagar las estrellas de sus frentes.”

Y entonces:

“cayeron los hombres y nació la esperanza”

No tengo la menor duda de que estamos frente a un texto originalísimo, rico en paisajismos y en detalles que no todo el mundo puede apreciar, puesto que se requiere de mucha sensibilidad para lograrlo.

Solo quien ama a la poesía puede expresarse como lo hace José Jáquez, cuya  obra, a mi juicio, está maravillosamente bien escrita y mejor ilustrada, con fotos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas