“Manuel de Jesús Goico Castro fue un hombre polifacético, tan versado en las letras hispanoamericanas como en los escritores y héroes de nuestra América, de quienes dejó memorables semblanzas y ensayos críticos. Fue asimismo historiador, diplomático y orador que exhibió una gran erudición y dominio de los recursos dramáticos”.
Esta aseveración de Manuel García Arévalo, pronunciada en el cementerio Cristo Redentor a la muerte del intelectual, resume en gran medida su obra.
Quizá la biografía más completa de Goico Castro fue la que leyó el reputado cronista Frank Moya Pons en 1980, al dar la bienvenida al prolífico escritor como miembro de la Academia Dominicana de la Historia.
Describe los cargos que cumplió, y rasgos humanos, como su sentido de la amistad y la lealtad y “el valor con que siempre ha sabido defender sus ideas en las más diversas tribunas”.
También destacó su vocación de servicio y refirió sus posiciones más tempranas, datos que no figuran en otras semblanzas de este literato que prácticamente tuvo la Academia Dominicana de la Historia como su casa pues fue secretario perpetuo, además de bibliotecario y luego secretario.
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Ciertamente, Goico Castro defendía con vehemencia su santanismo, y hasta su colaboración con el régimen de Trujillo, durante el que ocupó sus principales funciones públicas. Sobre él se escribió que era “el más denodado e irreductible defensor de Pedro Santana, después de la desaparición de Manuel de Jesús Galván y Manuel Arturo Peña Batlle”.
Es indiscutible que Goico Castro fue un espíritu emprendedor y trabajador. La relación de sus puestos demuestra que no descansó como servidor público, desde los 16 años, cuando se inició como taquígrafo y mecanógrafo de la Cámara de Comercio de El Seibo, en 1932.
Era muy joven, también, cuando “mostró condiciones de liderazgo excepcional, habiendo sido dirigente y director y fundador de la “Revista Universitaria”, que fue un medio a través del cual pudieron expresarse los nuevos valores de nuestro país…”, significó García Arévalo
Fue secretario general de la Cámara Oficial de Comercio y Agricultura e Industria del Distrito Nacional, de 1947 a 1953; secretario general de la Comisión Organizadora de la Feria de la Paz y Confraternidad del Mundo Libre, de 1955 a 1956; secretario general y encargado de Asuntos Administrativos de la Universidad de Santo Domingo, en 1958; director general de Trabajo e Industria, de 1960 a 1961, director nacional de Estadísticas durante doce años, de 1966 a 1978.
Estuvo como embajador adscrito a la Secretaría de Estado de Relaciones Exteriores; presidente de la Comisión Nacional de Fronteras y presidente y fundador del Rotary Club de Santo Domingo-Bella Vista.
Ejerció labor docente en las universidades Autónoma de Santo Domingo y Nacional Pedro Henríquez Ureña y en la Academia Militar Batalla de las Carreras.
Obras
“Manolín”, como le llamaban, nació en El Seybo el 6 de septiembre de 1916, hijo de Manuel A. Goico y Alicia de Castro Bobadilla. En Santo Domingo obtuvo los títulos de Graduado de la Escuela Diplomática y Consular, en 1943, licenciado en filosofía, en 1946 y doctor en Derecho en 1951.
Estuvo casado con Gladys Prats, madre de Píndaro, Nilo, Patria Alicia y Gladys Lourdes Goico Prats. Contrajo segundas nupcias con Luisa Rodríguez, con quien procreó a Rubén Joaquín y a Víctor Manuel Goico Rodríguez.
Publicó: Literatura dramática dominicana, En torno a Pedro Santana, Mella integral, Apología de José Martí, La prosa artística en Santo Domingo, Pedro Henríquez Ureña, Semblanza del Cardenal Beras Rojas. Goico Castro era elocuente, profundo y documentado sobre la vida de personajes sobresalientes del país.
En un tiempo se convirtió en el panegirista más demandado. Recogió en un libro sus panegíricos.
Falleció el 16 de diciembre de 1990.
El presidente Balaguer asistió al entierro. Monseñor Hugo Polanco Brito ofició la misa de cuerpo presente. Tropas mixtas de las Fuerzas Armadas le rindieron los honores correspondientes.
La calle
El 13 de marzo de 1991, el Ayuntamiento emitió una resolución que fue remitida al Congreso Nacional para la ratificación, resolviendo designar Doctor Manuel de Jesús Goico Castro una calle de Santo Domingo. Se escogió la antigua calle “Z” del ensanche Naco, inaugurada y rotulada en enero de 2005.