Hoy 
POR LLENNIS JIMÉNEZ
El Estado dominicano eroga una gran cantidad de dinero de su presupuesto para cubrir con 300 pesos diariamente a cada uno de los presos que acoge el nuevo modelo penitenciario en diez cárceles del país.
El dinero está destinado al suministro de alimentos.
Además, desde el año 2005 y a través de la Procuraduría General de la República, el Estado ha destinado más de RD$110 millones en la construcción y remodelación de nueve centros de corrección y rehabilitación, como se denominan ahora las prisiones.
El nuevo modelo penitenciario está siendo respaldado por los organismos internacionales. La Unión Europea colabora a través de la Oficina Nacional de los Fondos Europeos de Desarrollo (ONFED) y el Programa de Apoyo a la Reforma y Modernización del Estado (PARME).
El país tiene un promedio de 14,000 presos, sin embargo, no se ha cuantificado la cantidad de internos radicados en los Centros de Corrección que procuran la rehabilitación e integrar a las personas que están en conflicto con la ley.
El nuevo modelo penitenciario inició con la rehabilitación del Centro de San Felipe de Puerto Plata, el que el pasado 28 de marzo fue sometido a la tercera etapa.
El país cuenta con 35 centros de reclusión. Junto a San Felipe, en el nuevo modelo están los recintos Elías Piña, Dajabón, Mao, Monte Plata, Haras Nacionales, Najayo-mujeres, Rafey-mujeres, Rafey-hombres, Dajabón y el Centro de Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal, que funciona en Najayo, San Cristóbal.
Dentro del nuevo esquema penitenciario, que por el momento deja fuera 25 cárceles, el trato al recluso empieza por el concepto. Dejan de ser llamados presos, para ser considerados internos.
En lugar de ingerir la comida de los comedores económicos, que prácticamente ningún preso consumía, con el nuevo sistema la Dirección General de Prisiones les provee los alimentos preparados en el mismo recinto.
Los internos reciben educación, adiestramiento en el uso de la computadora, albergados en recintos limpios y la seguridad policial y militar pasa a mano de los Agentes de Vigilancia Penitencia (VPT).
La formación del interno abarca la alfabetización obligatoria, la participación deportiva y en cursos extracurriculares; realización de actividades artísticas y la producción en diversos quehaceres que generan fondos.
Según el procurador general Radhamés Jiménez Peña, en lo relativo a la salud, se trata de que el individuo privado de su libertad no muera dentro de un penal por falta de atenciones médicas, sino que tenga acceso a la atención sanitaria, lo mismo que a las facilidades para obtener una pronta justicia.
De cara a la transformación del muy criticado trato carcelario, en este año, el Presidente Leonel Fernández designó a los miembros del Patronato Nacional Penitenciario, presidido por el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, e integrado por un grupo de personalidades.
El Sistema Penitenciario Nacional está regido por la Ley 224 de 1984, basado en la Constitución de la República y las reglas mínimas aprobadas en la Convención sobre tratamiento del Delincuente celebrada en Ginebra en 1955.
