Un presupuesto electorero

Un presupuesto electorero

En New York el presidente Fernández reconoció que el PLD y su candidato están muy abajo en las encuestas, que perderán las elecciones en primera vuelta, trataría de evitarlo con el presupuesto del 2012. Como lo hizo en el 2008 y 2010, está dispuesto a usar los impuestos para cambiar la voluntad popular, estimando que en esta ocasión su aventura costaría RD$40 mil millones. En cualquier país de verdad, donde funcionan las instituciones, sería investigado con consecuencias políticas muy serias. Pero aquí nada pasa, el Congreso Nacional está dominado por los peledeístas y la justicia luce subordinada, sus jefes no quieren molestar al Presidente ni con el pétalo de una flor, esperan que su dedo sirva para ratificarlos, dando lástima y vergüenza al mismo tiempo.

El presupuesto del 2012 asciende a RD$430 mil millones, con un incremento precisamente de RD$40 mil millones respecto al de 2011. No obstante la economía mundial estar al borde de una recesión, programó aumentar las recaudaciones en RD$58,522 millones, un 20% más de lo presupuestado en el 2011, objetivo imposible de cumplir. Se basan en la reforma impositiva de junio pasado, que en el mejor de los casos reportaría RD$16 mil millones, pero aún así habría un faltante grande al finalizar el 2012, diferente a los RD$22,444 millones (0.9% del PIB) que han estimado. Por eso es un presupuesto electorero.

Es evidente que el Presidente Fernández todavía no se entera que es irresponsable manejar el presupuesto público de esa manera, por las consecuencias para la economía que son muy serias. Su equipo económico debió explicarle que su mal manejo de las finanzas públicas redujo el ahorro nacional, de 15.1% del PIB en el 2005 a 7.9% en el 2010. Que sin ahorro nacional no hay crecimiento sostenible, se trata de la parte del PIB destinada a construir puentes, carreteras, escuelas, hospitales, etcétera, es decir, a aumentar el capital neto de la economía y la capacidad potencial. Que la construcción del Metro, elevados y otras obras intensivas en capital, se financió con ahorro externo, aumentando su uso de 1.4% del PIB a 8.6% del PIB de 2005 a 2010, poniendo en peligro la solvencia financiera del país. Que el fuerte deterioro de la cuenta corriente, de 3.8% del PIB en 2005 a 8.9% en el 2010, es consecuencia de la reducción del ahorro nacional, del derroche público, es decir, del mal manejo que ha hecho del presupuesto desde el 2005.

La intención de aumentar  en 20% la recaudación, cuando en los últimos dos años ha promediado 10%, pone en evidencia lo que ha dicho Hipólito Mejía, que estamos en presencia de un gobierno devorador de impuestos. La ilegal e innecesaria normativa de la DGII para cobrar el 1% de los intereses bancarios de las empresas, suspendida su aplicación por un tribunal, se inscribe dentro de la estrategia devoradora del gobierno. El aumento irresponsable de los impuestos y su derroche, la inconsistencia en la política pública y los sobresaltos empresariales, terminarán a partir de agosto del próximo año, cuando Hipólito Mejía y el PRD asuman el poder.

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