Por Por Luis Felipe Rosa Hernández

Con esta entrega me propongo continuar con “las agendas partidarias”. Es más fácil hacer política desde la oposición que siendo partido gobernante, con la responsabilidad de dirigir los asuntos públicos y honrar las promesas y propuestas que le permitieron al PRM conquistar el respaldo mayoritario de los electores. Esto es absolutamente cierto, aun cuando Guido Gómez Mazara afirme que: “Es mejor estar arriba con presión, que abajo con depresión”.

Para conservar el apoyo mayoritario del electorado y el poder, el PRM está obligado a poner el oído en el corazón del pueblo. Deberá resolver mejor la ecuación de ser partido gobernante y conservar (o reconquistar) el apoyo popular a sus ejecutorias y a su proyecto de nación. Debe identificarse con el pueblo llano y la clase media. Debe procurar vías efectivas de vinculación y articulación con el pueblo.

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No puede continuar proyectando la imagen de que es un partido de popis o tutumpotes, debe estar más cerca de los hijos de machepa, con su accionar y liderazgo. Debe ser menos almidonado y parecerse más a Peña Gómez, Jacinto de los Santos, Felipa Gómez, Winston Arnaud, Rafa Gamundy, Darío de Jesús, Alfredo Pacheco, el doctor Fello Suberví, Félix Alburquerque y otros tantos dirigentes que, como la doctora Milagros Ortiz Bosch y el doctor Abinader, supieron conectar con las bases y el pueblo.

Es por eso que, debe preparar y celebrar su congreso, en medio de una amplia discusión y participación de toda la militancia, que involucre, además, a los diversos sectores de la sociedad, porque todos somos la nación.

El PRM debe entender que el congreso es el mejor espacio para su autoevaluación crítica, afianzamiento en el pensamiento socialdemócrata y relanzamiento como partido que encarne los ideales de redención social y nacional del pueblo dominicano.

Toda la dirección y estructura nacional deberá enfocarse en eso. Sus principales secretarías nacionales: Organización, Educación, Frentes de Masas y Asuntos Electorales, deberían recomponerse y reprogramarse para poner en primer orden la reorganización del partido en todos los niveles, la formación doctrinal de sus cuadros y dirigentes de base. Debería, asimismo, modernizar y especializar aún más su trabajo electoral, de manera permanente y no solo en las temporadas o zafras electorales.

Finalmente, el PRM debería reasumir con determinación el trabajo en los frentes de masas, prescindiendo de la carga de personas que no conectan ni unifican, como es el caso del Frente de Abogados y otros de extraordinaria importancia, si es que quiere volver a tener empatía con la gente. De lo contrario, repito, no logrará continuar en el gobierno más allá del 2028.