Un problema de todos.- “El problema de nuestro vecino no es el problema de uno, es un problema del país. Y a todos nos afecta. No importa en qué grupo político tú estés o en qué sector de la vida nacional”. Frank Rainieri, presidente del Grupo Punta Cana, utilizó el almuerzo para presentar el “Plan Meta 2036”, organizado por la Cámara Americana de Comercio, para decir algunas verdades incómodas, sobre todo para el Gobierno, al hacer un llamado para que se reconozca la dependencia de la mano de obra haitiana y se busque una solución “ordenada y realista” a ese problema.

El empresario aprovechó la presencia en ese escenario del Ministro de la Presidencia, José Ignacio Paliza, y del Director del Consejo Nacional de Competitividad, Peter Prazmowoski, para formular, en líneas generales, una propuesta, cuidándose de no utilizar la palabra regularización, a la que se le teme como el diablo a la cruz: que se ejecute un plan que sustituya gradualmente esa mano de obra por tecnología o empleo local, pero sin improvisaciones que afecten a la población. Y advirtió que si no se entiende esa realidad las consecuencias podrían ser económicas, pero también políticas. “Si no se corta el arroz y se pone la libra a 100 pesos, esos mismos que hoy están atacando son los que van a atacar al gobierno porque el arroz está caro”.

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Eso no debería ser difícil de entender para unos políticos que aspiran a seguir subidos en el palo, lo que no sucederá si la economía se deteriora porque el gobierno no supo frenar a tiempo su agresiva política migratoria y su impacto en el aparato productivo. Aunque también da la impresión de que al llevar tan lejos su instrumentalización del tema haitiano, el presidente Abinader ya no puede dar marcha atrás ni siquiera para flexibilizar algunas de esas medidas, sobre todo las que han lastimado la sensibilidad de la comunidad internacional como es el caso de la persecución a las embarazadas, por temor a que sus aliados nacionalistas lo declaren “traidor a la patria” y se caiga el gobierno.