El primer ministro haitiano Laurent Lamothe considera que ya es hora de que el cruce de mercancías desde este lado hacia su país pague impuestos, lo que hizo reaccionar a los comerciantes de su propia nacionalidad negando que incurran en evasiones y atribuyéndole interés de convertir el intercambio fronterizo en fuente de más ingresos para el fisco de Puerto Príncipe, mientras deja a sus anchas a los ricos haitianos. Lo que el gobierno haitiano pretenda reglamentar en los límites territoriales debe ser discutido de igual a igual con las autoridades dominicanas para que no suceda que Lamothe esté cogiendo piedras para los más chiquitos.
Además, la ausencia de controles en el Estado vecino incluye el que sus autoridades dejan salir a sus ciudadanos sin ninguna restricción. También drogas y armas, lo cual ocasiona problemas muy serios a los dominicanos. Imponer respeto en esos sentidos no fue anunciado por el flamante premier. En sus relaciones con República Dominicana, Haití es un país de limitaciones que se agravaron con el terremoto, tras el cual la comunidad internacional ha prometido mucho y ha entregado poco. Menos de lo que hacemos los dominicanos por ese país. Haití tiene que hacer esfuerzos por documentar a sus ciudadanos y agilizarles la entrega de documentos. El Estado dominicano está en el derecho de reclamarles a sus vecinos que ponga un poco de orden en su casa.
60 fructíferos años de entidad
El cooperativismo, con muy diversas muestras, es una expresión de la capacidad de muchos dominicanos para asociarse en el ahorro y el trabajo para progresar. Sus alcances son mayores de lo que ordinariamente sale a la luz. Entre las cooperativas que brillan por sus resultados está La Altagracia que en estos momentos celebra su 60 aniversario. Nació y se ha desarrollado en Santiago de los Caballeros con un respaldo que le ha permitido crecer en membresía y presencia con más de 165 mil asociados que desarrollan iniciativas de negocios con acceso favorable al crédito. Sus activos se sitúan en los 3,500 millones de pesos. Esta entidad se destaca además por sus asistencia a la comunidad para mejorar la educación, la salud, la práctica del deporte y el acceso al agua potable. Entrega aportes salidos de sus beneficios a otras entidades sin fines de lucro. La Altagracia también se preocupa por los recursos naturales . La felicitamos.