La Ley 340-06 de compras y contrataciones públicas, por largo tiempo esperada y vigente (así entre comillas) desde hace varios años, no pasó la prueba de un pormenorizado monitoreo aplicado por la Sociedad Civil. El balance indica que son escasos los funcionarios que cumplen, y solo parcialmente, con este instrumento que debería transparentar la forma en que se acuerdan, asignan y pagan obras y suministros por miles de millones de pesos aportados por los contribuyentes cada año. Al país no se le informa del resultado de las contadas licitaciones que se publican.
No se logra conocer con precisión meridiana y por los medios tradicionales de divulgación, la aplicación de requisitos que procuren la máxima utilidad y ahorros en el destino de fondos públicos, sin el pago encubierto de comisiones. Ni se ventilan los imprescindibles criterios para escoger a los beneficiarios de contratos sin espacio para el tráfico de influencias. La Ley 340-06 que acusa preocupantes signos de omisión en sus aplicaciones- debería ser clave en la lucha contra la corrupción y todas sus implicaciones de ineficiencia y estafa. Barrera contra las sobrevaluaciones y garantía de que la sociedad es servida con un gasto público de calidad. Ninguna ocultación es aceptable cuando se administran fondos del Estado, pero la ley creada para evitarla no está sirviendo de mucho.
Juan Bosch en el 101 aniversario
La figura del profesor Juan Bosch, uno de los escritores dominicanos de mayor trascendencia, recibe además exaltación como político de honestidad y firmeza en la aplicación de los principios que sobre su quehacer y el ejercicio del poder le acompañaron mientras vivió. Hizo gran esfuerzo por organizar a dominicanos para que procuraran ir al Estado a servir a la nación, no a individualidades. A proponerse el bien común contra las injusticias y los privilegios.
Con motivo del 101 aniversario del nacimiento de Bosch su nombre es venerado como merece, aunque con una salvedad: muchos extrañan los buenos frutos de las enseñanzas de Don Juan, quien seguramente aspiraba a que en este país ninguna encuesta, como la reciente Gallup-Hoy, revelara a esta fecha la percepción expresada por el 60% de los encuestados de que existe más corrupción que antes, apreciación que creció en los últimos años como resultado de la escasa voluntad para un efectivo control.