La pasada semana recibimos un muy honroso reconocimiento de la Fundación Innovati, en la Sala «Aída Cartagena Portalatín» de nuestra Biblioteca Nacional. Me correspondió el alto honor de recibir el galardón en la categoría de»Profesional» de manos de los directivos de la Fundación, el señor Luis A. Sánchez Noble, presidente y la señora Mildred J. Bergés de Sánchez, vicepresidenta. Señalando en el hermoso diploma recibido: «Por sus aportes en valores positivos en su actuar profesional y personal, regidos por principios de solidaridad y ética en pro del desarrollo de una gran República Dominicana».
Quiero compartir con mis amables lectores la gran emoción sentida esa noche de premiaciones. Siempre que uno recibe un reconocimiento, no hay dudas de que se reflexiona sobre lo que se ha hecho en la vida y esto hace que uno se comprometa más. A la velocidad que se transforman hoy la ciencia y la técnica, el ensalzado dura poco y es rápidamente sustituido por otros títeres fugaces. Sin embargo, el hombre de sentimientos superiores queda, sino para siempre, al menos como ejemplo para muchas otras generaciones. Y esto no es la precisión hermética del sabio; no es la mecánica segura del técnico; no son teorías, abstracciones ni esquemas fríos y lógicos, los que mueven el numen imponderable del cerebro del médico.
En el ejercicio de mi profesión como médico y en particular como neurólogo, no he permitido que el rigor científico que siempre practico me aniquile como un ser sin espíritu altruista o que me deshumanice; o que el exceso de intelectualismo me desvirtúe del hermoso camino ya trillado por una estirpe familiar que tiene muy prominentes antecesores en mi prosapia prestante, en lo ético y lo moral. Sabemos que por la vía de la indolencia, el materialismo, ese hombre mercantilista, indiferente y abúlico el que apuntó el filósofo y psicólogo alemán Eduard Spranger, corre el riesgo de reducir el mundo a un simple enajenamiento, a un esqueleto de conceptos primarios. Al reconocernos esa hermosa noche también por nuestra solidaridad me sentí muy complacido, pues creemos que hemos logrado el arduo balance de ligar las razones del corazón humanitario, con los cánones de la inteligencia y con la ciencia rigurosa que exige la actualización permanente en la medicina moderna que ejercemos.
La vida es agonía, conflicto, lucha en suma , y que conturbado el enfermo, sufre frente al empuje de encontradas olas, transcurren entonces preocupados el hombre y su pensamiento. El hombre está vivo, en eterna fluctuación, desgarre y crecimiento. Por eso cuando aparece una dolencia, se expresa y tiene que ser también criatura de dolor, de dudas, de inquietud, con el pensamiento desgarrado por la conciencia dubitante de su futuro. Es ahí donde el médico, conocedor de su propia transitoriedad debe aparecer como un ángel, para que como amigo, como ser pensante, y con una de sus mayores virtudes, los deseos de ayudar al prójimo, auxilie para alumbrar el camino del aquejado paciente en su íntima congoja, para que él encuentre en el galeno una coherencia fundamentadora. El médico, está obligado a ser un ente: sociable, comunicativo y expansivo. Donde la ciencia, la humanidad y la solidaridad, hacen que nosotros los galenos, los herederos de Hipócrates, tengamos que de manera obligada tener estos tres tipos de humanos coexistiendo dentro de un solo individuo, pues esa es la única manera poder hacer una medicina de excelencia. Ya lo señaló Emile Durheim, sociólogo y filósofo francés, uno de los padres de la Sociología: “El hombre que no tiene solidaridad, tiene muy pocas razones para convivir en sociedad¨. Finalmente, deseo felicitar con un fuerte abrazo y expresarles a los muy distinguidos galardonados también esa noche en las diferentes categorías, lo honroso que fue para mí el haber sido reconocido junto a ellos: Víctor Gómez Valenzuela (INTEC), Rosa M. Bonetti (Propagas), José Mármol (Banco Popular), Rafael Ovalles (INFOTEP), David Collado (síndico), Luis Molina Achécar (Banco BHD), Miki Lama (Zona Franca, Santiago), Katherine Motyka (Emprendedora) y Fernando Rainieri Soto (póstumo).Gracias mil a la Fundación Innovati, los felicitamos por la ingente obra que realizan a nivel nacional por la mejoría de nuestra juventud, con su filosofía de “Actitud Mental Positiva”.