Visitar la Catedral es una de las propuestas para quienes se quedan en la Capital por lo que resta de la Semana Santa.

Y aunque las actividades religiosas estarán limitadas por las reconstrucciones en la Ciudad Colonial, la Catedral ofrecerá la misa del “Lavatorio de los pies” y la adoración al Santísimo, este Jueves Santo. Mientras que mañana ofrecerá el acto llamado “El beso de la Cruz”.

Pero visitarla no es solo cuestión de religiosos, sino que su edificación y lo que guarda dentro, hacen de la Catedral Metropolitana de Santo Domingo María de la Encarnación, Primada de América (nombre completo), un excepcional monumento que no solo los turistas deberían conocer. Es una excelente opción para las familias dominicanas.

Además de informaciones religiosas, ella encierra parte del origen de la nación dominicana, e incluso es donde reposan los restos de personajes que tejen esa historia. Buenaventura Báez, César Nicolás Penson, Juan Isidro Jiménez, Ignacio María González, Manuel de Jesús Galván, Ramón Báez, son parte de estos.

También reposan aquí los restos de Fernando Arturo de Meriño, tercer obispo dominicano y presidente de la República de 1880 a 1882 y los del primer cardenal, Octavio Antonio Beras Rojas.

En este edificio también se pueden apreciar diferentes estilos arquitectónicos como el Barroco, Bizantino, así como el Modernismo, expresados en algunos de sus vitrales.

Es como lo cuenta Lourdes Noboa de Pereyra (doña Lourdes), guía de estudiantes de la Catedral y quien labora allí desde hace unos 28 años.

Datos sobre su construcción. Doña Lourdes explica que la primera piedra de la Catedral la puso en 1521 un obispo italiano que se llamó Alejandro Geraldini. “Pero se empezó a construir dos años después y se terminó en 1540”, señala.

Se trata de un edificio de piedra caliza, con piso de mármol.

“El original era de ladrillo, pero cuando la Catedral se reestructuró, para el V Centenario de fundación de la isla (1992), fue cambiado por este nuevo piso”.