Un resultado inesperado

Un resultado inesperado

El domingo 16/02/2020 hay que escribirlo completo pues será un hito histórico. Ya era novedoso que fueran las primeras elecciones municipales separadas; pero la fecha se hizo histórica por otra circunstancia: fueron suspendidas sin realizarse. El presidente de la Junta Central Electoral reconoce que problemas técnicos afectarían la libertad del elector para seleccionar su voto al no subirse a la plataforma algunos de los partidos minoritarios, sólo los principales aparecían a los electores.
Hay un video no oficial de la reunión que sostuvieron el pleno y los delegados políticos ese día a las 10 am, el tono y ánimo anunciaba que las pasiones más alteradas habían sido controladas y que predominaba en los presentes el buscar soluciones. El presidente Castaños narra las conversaciones con el liderazgo nacional y ante la imposibilidad de soluciones tecnológicas que salvaran el día electoral anuncia que la mayoría del liderazgo nacional se inclina a la suspensión de la totalidad de las elecciones, a pesar de que en aquellos lugares donde la votación se desarrollaba manualmente no se reportaba la ocurrencia de ninguna novedad o dificultad.
“A final de cuentas, el protagonista de este proceso es el pueblo”, dice Castaños. Todavía trata de salvar en la parte manual. “Nosotros somos personas razonables” dice; pero “nos hemos estado tirando peñones desde el principio, pero a nadie le gusta al empezar una conversación que lo estén insultando”. Con un tono calmado logra una conversación razonable. La explicación es: que la boleta no se cargó en todos los equipos en los 18 municipios, un desperfecto, le llama, “una causa de fuerza mayor” en distritos en los que hay mayoría de votantes. Alguien apunta (un delegado) que la JCE necesitaba, ante el anuncio, un respaldo, un compromiso para salvar la paz ciudadana. Todos asienten.
Sin embargo, anunciada la histórica e inesperada (para los votantes) decisión, y a pesar de las ofertas de respaldo previo, la imagen de la JCE cayó en cascada ante la reacción pública. La decisión se la dejaron a los jueces, los jueces la asumieron solos, y en pandemónium político fue la guerra de las acusaciones, conjeturas y alarma. No era para menos, de hecho, la calma de la reunión frente a algunas revelaciones, como que el problema se sabía desde la noche anterior, no se correspondían con la gravedad de las circunstancias.
¿Qué sigue? La JCE está compuesta por probos miembros, algunos de vasta experiencia estatal e incluso experiencia electoral. Sin embargo, el tercer intento de voto electrónico fallido (el primero fue de Rosario en las elecciones de hace 4 años) manda las pruebas al olvido, obliga a procesos manuales, pero probablemente, dada la vocinglería armada, también se llevó la credibilidad de la JCE para manejar el proceso. Sólo el liderazgo unánime de todos los dirigentes nacionales -que ya han hablado y no precisamente dando el respaldo necesario- salvarían la actual JCE. Así que es un gran reto para los miembros de la JCE y sus suplentes el intentar llevar a cabo unas elecciones que, todas, pintan conflictivas por la crispación política y de la opinión pública. Quizá de forma Injusta.
Hay que rescatar la legitimidad del proceso, pues no puede haber previamente un solo resultado posible aceptado que no sean lo que los votos arrojen, la libertad del elector y la democracia misma están comprometidas si al contar las votaciones de mayo existe una nebulosa aún sea mínima. Salvar estas municipales es el primer paso: elecciones inmediatas antes del periodo previsto por la ley. Y, un gran empeño de los miembros de la JCE que deben evaluar si pueden salvarse a sí mismos y su credibilidad. Espero que sí.

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