Un reto para todos

<p>Un reto para todos</p>

La vigencia del DR-CAFTA para la República Dominicana, dispuesta ayer por el Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, abre un nuevo esquema de nuestra sociedad comercial con esa nación norteamericana.

Se trata de un esquema cargado de retos, pero cuyo primer e importante beneficio es habernos conducido a un ordenamiento jurídico más auspicioso y confiable para el intercambio comercial global y la recepción de inversión.

De principio, el DR-CAFTA nos coloca ante la perspectiva de ampliar nuestra oferta al mercado de los Estados Unidos, al que desde hace mucho tiempo destinamos más de un 80% de nuestras exportaciones.

El tratado nos reta de manera dual, obligándonos a mejorar la calidad y confiabilidad de nuestra oferta hacia la nación norteamericana, y forzándonos a ser eficientes para competir con la mercancía que, en reciprocidad, ingresará al país libre de aranceles.

-II-

Debemos confiar en que una parte considerable de nuestras industrias ha hecho las adecuaciones pertinentes  para sacarle el mejor partido a la apertura de un mercado tan importante. Esto así, aún a pesar de que no hemos sabido aprovechar a plenitud nuestra relación de intercambio con Centroamérica, cinco de cuyos países forman parte del DR-CAFTA.

Debemos ver muchas de nuestras desventajas como parte del reto. Por ejemplo, estamos obligados a aligerar los efectos que sobre nuestra producción de bienes y servicios representan el alto costo y la ineficacia del servicio de energía eléctrica.

Una parte importante de nuestras posibilidades de éxito en el DR-CAFTA depende de que nos hagamos eficientes y confiables en oferta y calidad.

Las autoridades del país hicieron ingentes esfuerzos por ingresar a este esquema. Quedarse fuera habría significado perder el mercado estadounidense por las desventajas de tratamiento arancelario en comparación con Centroamérica. Ahora hay que salir airosos de este reto y lograrlo es una que nos atañe a todos.

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