«Hay un libro abierto siempre para todos los ojos: la naturaleza.»
Jean Jacques Rousseau
Del psicomago Alejandro Jodorowsky aprendí que todas las etiquetas que usamos, muestran las lealtades que nos limitan. Aún digo que soy muchas cosas (mujer, madre, abuela, dominicana, psicoterapeuta, etc), pero mantengo mi enfoque en moverme en dirección a la transformación. Es mi deseo elevar el alma haciendo del Universo mi patria, como recomendó en el siglo IV a. C el filósofo griego Demócrito.
La cultura quechua fue la primera que conquistó mi corazón. Desde que fui a los Andes en 1998, quedé prendada del profundo cariño que los pobladores de estas tierras sienten por la Pachamama. El significado más común de Pachamama es “Madre Tierra”.
Para los pueblos quechua y aymará “Pacha” significa “universo”, “mundo”, “cosmos”, “tiempo y espacio”, pero usualmente se emplea para nombrar la “tierra”. El vocablo “mama” significa “madre” (la que origina o concibe la vida). La Pachamama es la diosa femenina de la fertilidad, que simboliza a la madre que nutre, cuida y sustenta.
La pachamama es más que una divinidad creadora, consorte de Tata Inti o “Padre Sol”, es una energía benefactora y proveedora que cuida a los seres humanos, posibilitando la vida y favoreciendo la fecundidad y la fertilidad. Actúa por “presencia” y podemos dialogar con ella constantemente. Aunque no está localizada en un lugar específico, se concentra en ciertos lugares como son los manantiales, laderas o apachetas.
Con la conquista española y la persecución de las religiones nativas (consideradas una forma de idolatría), la Pachamama empezó a expresarse en el sincretismo a través de la Virgen María. El dramaturgo y ensayista belga Maurice Maeterlinck dijo: “En cada encrucijada del sendero que lleva al futuro, la tradición ha colocado diez mil hombres para custodiar el pasado”. Actualmente, el sistema de creencias y rituales de la Pachamama se mantiene, conserva y practica por las comunidades quechua y aymara, de las regiones andinas de Ecuador, Perú, Bolivia, y el norte de Chile y Argentina.
El mes de agosto es considerado el mes de la Pachamama. Las ceremonias suelen estar a cargo de los ancianos del grupo, o de las personas de mayor autoridad moral dentro de la comunidad. El día 1º es el día de celebración más importante, en que la Pachamama es honrada con rituales ancestrales, ceremonias, danza, música, ferias artesanales, comidas y bebidas especiales. El modo de celebrar varía según el lugar geográfico, pero sigue manteniendo ciertos elementos, como son:
Ayllu: Se refiere al bienestar comunitario. El día de la Pachamama, las familias y vecinos se reúnen para abrir un pozo en la tierra, el cual adornan con serpentinas y papel picado. Luego, en el hoyo se pone una olla de barro, conteniendo la ofrenda.
Ayni: Es la palabra quechua que describe la reciprocidad con la Tierra. Implica reconocer a la Pachamama como un ser vivo que tiene necesidades y gustos similares a los seres humanos, por lo que se le entrega una ofrenda en agradecimiento por sus favores.
Challa: Para los quechuas, los aymaras y otras etnias de los Andes, la palabra “challar” se usa como sinónimo de “dar de comer y beber a la tierra”. Ellos creen que al darle de comer y beber a la tierra, ésta se fertiliza y dará abundante cosecha, de manera que hacen una ofrenda o “pago” a la Tierra por los frutos recibidos durante el año.
Se utilizan ciertos elementos simbólicos que sacien el apetito de la Madre, como son las hojas de plantas sagradas (coca, tabaco, etc), cigarros, dulces, bebidas (chicha, refrescos, etc) y conchas marinas. Entregan a la Tierra lo que no quisieran le falte a sus familias, y le agradecen lo que han tomado de ella en el año anterior. Una costumbre de “challar” heredada de nuestros ancestros emigrantes es dar un poco de vino, cerveza o ron a la tierra
Challaco: Es una deformación de los vocablos quechua “ch’allay” y “ch’allakuy”, que refieren la acción de “rociar insistentemente”. Es el ritual más importante y abarca una compleja serie de pasos, que comienzan en las viviendas la víspera del día de la Pachamama, y culmina en el lugar donde se realiza el ritual principal.
Tijtincha: Es la comida que se suele cocinar a la Madre. Se utilizan alimentos de la tradición como son: maíz, quinoa, cordero, cabrito, habas y distintos tipos de papas.
Aristóteles dijo que el todo es más que la suma de las partes. Luego, la psicología Gestalt alemana usó esta misma idea para desarrollar su propuesta. En las tradiciones andinas, la Pachamama representa no sólo al suelo, a la tierra geológica o la naturaleza, sino al todo en su conjunto. De este modo, esta visión está muy cerca de la Teoría Sistémica, que plantea que el movimiento de las partes afecta al todo.La Pachamama es la deidad que fundamenta la civilización y el estado Andino.
La relación del Inca con la Pachamama tiene una fundamentación holística, que muestra la estrecha conexión que existe entre el mundo y el ser humano que lo habita, Lo que incide en uno necesariamente afecta al otro, y viceversa. Esta perspectiva colectivista, toca de manera profunda el sentimiento de pertenencia (del mismo modo que lo plantea las Constelaciones Familiares), en el que el alma sabe que es miembro de una comunidad con la que se siente íntimamente comprometida, ya que habita en el interior de cada uno de nosotros.
El escritor colombiano José María Vargas Vila dijo: «Tal vez la naturaleza no nos arrancó del seno de la tierra, sino para darnos el placer enorme de volver a ella.» La cotidianidad Inca transcurre en la experiencia de unidad. De manera que, la vida propia está estrechamente relacionada con todas las demás formas presentes en la creación; los animales, las plantas y los minerales.
Toda la existencia cohabita en un mundo solidario en el que no cabe la exclusión. Un niño, adulto, anciano, espíritu, árbol, piedra o planta es igual en importancia y valor. La armonía con la naturaleza se evidencia en el respeto y el amor que profesan a la Madre Tierra.
Siento profundo agradecimiento de contar con un espacio como M E Z C L A, y un grupo de personas que me acompañan para honrar otras culturas y celebrar ceremonias sagradas de distintas tradiciones. El novelista y ensayista checo Milan Cundera dijo: “La cultura es la memoria del pueblo, la conciencia colectiva de la continuidad histórica, el modo de pensar y de vivir”. ¿Te unes a nosotros?