Jhasmil Tolentino desde hace 5 años encontró su pasión, algo que además le ayuda a generar ingresos. Es así como esta joven desarrolló un exitoso negocio y demuestra que no hay impedimento cuando los objetivos están claros.
Al salir del colegio decidió estudiar administración de empresas, tiempo después decide emprender en la elaboración de menús salados. Sus primeros y más fieles clientes han sido sus compañeros de trabajo, familiares, amigos y poco a poco la clientela se fue extendiendo.
La pasión por la preparación de comida y por compartir le corre por las venas, su casa era epicentro de grandes bufetes entre amigos y familiares.
“Mi mamá disfrutaba como nadie, recibir visita en casa y servirle comida y a mi papá le encantaba cocinar especialmente pizzas y pastas”, recuerda con mucha ilusión.
Repensar la sazón. La cocina salada de esta emprendedora gastronómica tiene un plus; es elaborada con elementos naturales, bajo nivel calórico, sugar free y gluten free, perfecta para todo tipo de paladares.
Inspiración. Todo comenzó el día que el cáncer tocó la vida de su madre y le arrebató la vida.
Preocupada por el efecto negativo que produce la comida poco saludable sobre el organismo decide investigar sobre comida saludable.
“Durante el proceso médico que vivió mi mamá y escuchando hablar a los médicos sobre el poder de la comida y la importancia de que esta sea saludable me preocupé por investigar y cocinar mucho más saludable”, cuenta.
Con el paso del tiempo su cocina se fue poniendo cada vez dulce. El dulzor llegó cuando empezó a celebrar los cumpleaños de su hija, la emoción de la niña al probar los dulces que su mami le preparaba fue punta de lanza para que Jhasmil experimentara en la pastelería, “la cara de los niños y hasta de los adultos cuando prueban un trozo de pastel es muy satisfactorio, puedo decir que de la emoción de mi hija Consuelo nació mi pasión por la pastelería”, cuenta.
Cocinar un negocio. Si bien sus primeros pasteles le dieron un poco de trabajo, incluso algunos se arruinaron, con el tiempo fue perfeccionando las técnicas.
“La cocina dulce es más compleja que la salada, debemos ser exactos con las medias ya que si se daña algo no hay forma de arreglarlo”, explica.
Una vez logró dominar lo dulce y lo salado por igual, decide formalizar un negocio que lleva por nombre: el Rincón de Consuelo, inspirado en su hija.
Se trata de un restaurante repostería y eventos, con un servicio catering, donde se sirve una gama de postre y picadera salada.
¿Qué lo hace diferente? Su propietaria dice que ofrecer un servicio personalizado, “nosotros elaboramos el menú según la necesidades de cada comensal”.
Desde el Rincón de Consuelo Jhasmil Tolentino ofrece servicios de buffet salados y mesa de dulces para: baby shower, cumpleaños, bodas, despedida de solteros, bautizos, quincenas y cualquier ocasión especial a celebrar, incluyendo las fiestas navideñas que se acercan.