SANTIAGO, AFP .- Un Santa Claus se instaló ayer martes frente al Hospital Militar de Santiago y comenzó a entonar villancicos acompañado de su guitarra y una armónica, ajeno a la tensión que reinaba en el lugar por la salud del ex dictador chileno Augusto Pinochet, internado desde el domingo.

Pero su imprevista aparición, que buscaba concienciar sobre el trabajo de los cantantes callejeros, alteró los ánimos de algunos partidarios de Pinochet que le exigieron retirarse y, ante su resistencia, lograron que la policía sacara de la zona al bondadoso viejo de la barba blanca.

“No tuve la intención de molestar a nadie”, dijo Andy Rojas, disfrazado de “Viejo Pascuero” -como llaman los niños chilenos a Santa Claus- después del incidente.

Rojas es un cantante callejero que sube diariamente a los autobuses del transporte urbano para invocar la caridad de los pasajeros.

Esta vez, según explicó, quiso realizar una manifestación pública en favor de los cantantes que verán amenazado su trabajo a partir de febrero, cuando circulen los modernos autobuses del Plan Transantiago, donde las autoridades les prohibieron ejercer su oficio musical.