Amar es bonito, pero amarse es grandioso. Cuando llegan los hijos a nuestra vida posiblemente sea el momento más complementario en el universo de los sueños anhelados, indescriptible es ese momento cuando nacen y podemos hacer contacto con su piel, sus gritos y su ternura, pero más grande es lograr esa interacción a medida que van creciendo.
No se exime tampoco el amor en algunos seres queridos como los abuelos quienes nos regalan un espacio consentido único e irrepetible en nuestra vida, posiblemente unos logran una conexión mágica con la abuelita otros con los abuelos, pero sin dudas que es una de las bendiciones más hermosas que podemos recibir.
Cuando tenemos la oportunidad de amar y ser amado encontramos la magia de trascender ante cualquier vicisitud o prueba en la vida y no es para exagerar, pero cuando logramos amar profundamente somos capaces de dar la vida por otros, por ende, logramos contar con una razón de fuerte inspiración para romper las fronteras y llegar a un fin por amor a otro.
Ojalá que podamos descubrir el amor sincero y sano en nuestras amistades y familiares.
¡Shalom Baruch Adonai
*LA AURORA ES PSICÓLOGA CLÍNICA