Un sueño que puede lograrse si se quiere

Un sueño que puede lograrse si se quiere

¿Usted se ha imaginado que alguna vez podamos vivir en una ciudad Capital con tránsito de vehículos ordenado, organizado, apegado a las normas?

Digamos que en las principales vías los carriles pegados a las aceras no estén ocupados por vehículos aparcados, como la Kennedy, Luperón, Malecón, Independencia, Venezuela, Máximo Gómez, Duarte, Mella, Nouel, Padre Castellanos, 30 de Marzo, San Martín, Ortega y Gasset, Tiradentes, José Contreras, Lincoln, Winston Churchill y otras.

O que los vehículos pesados de carga –camiones y patanas—solo transiten por calles y avenidas entre las seis de la tarde y las seis de la mañana.

Y que ningún colegio escolar permita que los padres y tutores aglomeren sus vehículos frente a su edificio para recoger alumnos.

Que los carriles de entrada a los túneles tengan que ser tomados por lo menos 500 metros antes de penetrar a los mismos.

Que el ayuntamiento no permita que ningún tramo o pedazo de calle sea ocupado por mecánicos, gomeros y vendedores en general.

Que a los llamados policías de tránsito, hombres y mujeres, les sea prohibido chatear por teléfono en su horario de trabajo.

Que los vendedores de las esquinas, sean dominicanos o extranjeros, sean desalojados; que los pedigüeños, disciplinados o no, no puedan hacer de las calles lugares para “buscárselas”.

Que todas las vías estén debidamente señalizadas y los semáforos funcionen de manera correcta y sincronizada, aunque para lograrlo sea necesario instalar paneles solares.

Ahora, deje de soñar, abra los ojos y diga sí, es posible una ciudad Capital con un tránsito de vehículos ordenado, organizado y apegado a las normas. Si las autoridades tuvieran la voluntad y el deseo de trabajar, es posible.

Y costaría muy poco dinero.

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