MADRID, España.- La Navidad es un período de tiempo diferente a las demás épocas del año. Tiene un toque particular que hace posible que mucha gente cambie hasta su forma de ver la vida y, lo que parecía negro, de repente es blanco. Hasta los problemas, la inquietudes, las luchas por distintas causas se apaciguan en estos días.
Diciembre es encantador en el verdadero significado de la palabra. Tiene la virtud, la magia de que muchas personas se sienten alegres, embriagadas de un espíritu de paz, tranquilidad y armonía. En estos días a la gente no le interesa que le hablen de conflictos de ningún tipo, desean ser feliz.
De esta situación muchos se aprovechan, sobre todo los gobernantes, los políticos, pues saben de los efectos positivos que produce la Navidad en el estado emocional de muchos y se atreven a anunciar una serie de medidas incómodas para la ciudadanía, como aumentos de nuevos impuestos, etcétera.
Como muchos piensan que en Navidad la gente sufre una especie de letargo y que olvida cosas negativas, el Gobierno español, dirigido por Mariano Rajoy, decidió que las elecciones generales de la nación se celebraran justo cuatro días antes de Nochebuena, cuando los españoles están en plenas fiestas, en compra de regalos, comestibles para la cena de Nochebuena, reuniones y encuentros familiares, bares, restaurantes… Los asesores de Rajoy lo saben muy bien y quisieron sacarle ventaja a estos días especiales, cuando posiblemente la gente, embobada con las luces y adornos alegóricos a la época, no tenga -o no quieran hacer- un recuento de lo bueno o lo malo que ha hecho el actual mandatario en los últimos cuatro años, los recortes en sanidad, educación, corrupción (esto último trajo como consecuencia el resurgimiento de nuevas fuerzas políticas). Ahora no son dos los partidos importantes, las fuerzas se han duplicado, son cuatro, y la piña se ha puesto agria para el partido oficialista, el Popular, y también para el Partido Socialista Obrero Español, con su candidato Pedro Sánchez, a quienes acusan de todos los problemas que tiene España.
Mientras, Ciudadanos y Podemos, dirigidos por dos jóvenes candidatos, Albert Rivera y Pablo Iglesias, hicieron temblar a muchos al punto que hasta este domingo nadie estaba seguro sobre quién ganaría estas elecciones generales con toque de Navidad.