Un toque añejo dentro de
un espacio moderno

Un toque añejo dentro de<BR>un espacio moderno

Ante la frialdad que denota los estilos  minimalista y oriental, el rústico devuelve la calidez a los hogares, llenando cada rincón con una historia íntima y personal

POR LILIANA CEPEDA
Impregnar los espacios interiores y exteriores del hogar u oficina con elementos y matices naturales  resulta  una tendencia muy original y atractiva, que cada día adquiere un mayor auge en el arte  de la decoración actual.

Se trata de un estilo que busca recuperar la esencia de lo antiguo y tradicional, alejándose de  técnicas rebuscadas en las que impera el  vanguardismo y la suntuosidad. El rústico: reencuentro y refugio con las raíces y añoranza de lo vivido.

Sin dudas, el estilo rústico nunca pasa de moda. Su encanto consiste en envolver armoniosamente “la personalidad” de un mueble o accesorio único con la de las personas que habitarán el ambiente. Va más allá de la decoración, también es una forma de entender y concebir la vida.

 Ante la frialdad que denota, para algunos, los estilos  minimalista y oriental, el rústico devuelve la calidez a los hogares, llenando cada rincón con una historia íntima y personal.

Si bien es cierto que lo rústico se encuentra mayormente en zonas alejadas de la ciudad,  favorecido por la cercanía de los materiales y la armonía de los paisajes colindantes  también lo es el hecho de que puede dar perfectamente un toque añejo e individual a la  casa de la ciudad.

 El rústico es un estilo que personifica la buena vida. Por tanto, si busca un espacio de paz  al  cual poder huir de las preocupaciones laborales, el rústico es idóneo para decorar esa segunda casa en el pueblo o en el campo.

Si no tiene la suerte de poseer una casa en el campo, puede adaptar cualquier elemento rústico en el hogar que ya tiene en la ciudad, aunque deberá hacerlo en pequeñas dosis para que la calidez humana y la familiaridad reinen en el espacio.

Para lograr esto, procure escoger piezas tradicionales para el hogar, esto es  una opción decorativa acertada. Los ambientes naturales, por su diseño, se encuentran entre las tendencias más actuales de decoración. Son fáciles de crear con elementos diversos que recuerden que lo tradicional perdura a pesar del paso del tiempo.

Materiales básicos

Madera, barro, piedra y las fibras naturales son los materiales fundamentales  empleados en las construcción  y decoración rústicas. Para el exterior, los tejados a dos aguas son los más frecuentes. Esta técnica con aparente imperfección en los acabados, provoca un aspecto artesanal.

 Cuando se trate de las paredes, una opción que añade una impresión de fuerza y resistencia es revestirlas de piedra o ladrillos. Esos muros logran expresar mucho más  carácter que aquellos que son puramente lisos.

La forja, técnica que consiste en dar forma al metal, es una muestra que aporta un aire señorial y distinguido. Conviene que la elija para cabeceros, espejos o lámparas. El hierro aparecerá en bisagras y tiradores. Siendo el rústico el estilo que probablemente más protagonismo le dé a los mismos, incluye una  variedad de formas y materiales como el hueso y el hierro. Las puertas que las acompañan  darán una sensación de solidez y firmeza a  la casa.

Muebles y objetos decorativos

En lo que respecta al mobiliario, la madera adquiere protagonismo de forma indiscutible, lo que influye en la elección cromática de los revestimientos verticales. Si no puede hacer zócalos con piedra, sepa que los rojos junto a los verdes y blancos, son la elección predilecta de una gran mayoría para pintar las paredes. Su viveza recuerda a la naturaleza, al campo y a todo lo que constituye un entorno rústico.

El interior y sus complementos son fundamentales. Se utiliza una cantidad considerable de elementos, con la que se llena por completo la casa, hasta el punto de parecer sobrecargada, pero que bien distribuidos contribuyen a dar ese toque rústico que se persigue. Si entre los detalles se incluyen objetos decorativos en bambú o mimbre, el resultado será todavía mejor.

No se debe olvidar que la ligereza del cristal es una ayuda fundamental si se busca disimular una sensación de agobio o recrear un espacio con mayor amplitud.

El tapizado suele mostrar temas florales o animales, estos son  estampados que representan la naturaleza y la vida en el campo. Sin embargo, alfombras y cortinas pueden presentar dibujos geométricos o lisos oscuros. Para los visillos conviene escoger el lino, frecuentemente relacionado con este estilo decorativo debido a que añade un aire fresco, ligero y luminoso al espacio.

No se olvide de los Rincones

No debe descuidar los pequeños rincones que tienen algunas de las habitaciones de la  casa de campo, ya que les puede sacar mucho partido. Una mesa  de madera o de hierro puede quedar muy bien  tapizada con tela en  tono marrón.

Pero, seguro este refugio ganaría más con una sencilla lámpara de pie, convirtiéndose en un estupendo rincón para escuchar música o leer un libro. No hay que olvidar que en estas segundas viviendas, las cocinas son muy importantes.

Finalmente, recomendamos que utilice muebles de madera para decorar como: una mesa redonda, sillas de mimbre y accesorios como jarrones y centros de flores secas para disponer en una estantería. Una casa de campo tiene que resultar, ante todo, cómoda, alegre divertida y a la vez cálida, pues en ella se pasa gran parte del tiempo libre y de descanso en compañía de la familia.

Un toque rústico para cada espacio

La mesa del comedor en los hogares dominicanos  suele ser de gran tamaño, en tal sentido, procure que sobre ella penda una lámpara central de hierro.

Si busca dar la sensación de un gran espacio, nada mejor que colocar un  amplio espejo en una de las paredes del comedor.

 Un recurso que logra un gran efecto es utilizar vigas de madera atravesando el techo de un lado a otro del salón. 

La cocina es otro elemento vital de la casa. Una distribución muy habitual es la de isla, que favorece el movimiento alrededor de la misma. Las vajillas de cerámica y los cucharones de madera forman parte inconfundible de este estilo.

 De este modo, las vitrinas que dejan ver en su interior platos decorativos y demás adornos son un rasgo característico en los salones.

El mimbre es otro componente que aparece con frecuencia, tanto por lo versátil que resulta como por su imagen agreste. Por esta razón, se le ve cumpliendo múltiples funciones, ya sea en cajones o en cestas para guardar alimentos frescos como frutas y verduras.

Las sensaciones apacibles no pueden desaparecer a la hora de decorar un dormitorio rústico. A este lugar de descanso se le incorpora el romanticismo más sereno y menos pomposo posible. Las cortinas desempeñan esta función de un modo inmejorable gracias al lino que las recubre.  En relación a la ropa de cama, el hilo blanco se convierte en el rey, mientras que los delicados bordados adornan las sábanas.

Decorar el hogar con el estilo rústico puede resultar muy fácil si se cuenta con muebles de antaño en buenas condiciones. También será muy bien acogido el mobiliario hecho a mano, de marcado carácter artesanal.

Para devolver al hogar el ambiente de la casa del pasado, es importante que abra cada espacio  a la luz natural que invita a la contemplación de la naturaleza. Las tendencias actuales optan por combinar los muebles de estilo rústico con líneas depuradas, dando una sensación de tranquilidad y sosiego gracias al aspecto sobrio y elegante que le dan a la estancia.

Viviendas del campo

El estilo provenzal se entiende generalmente como un sinónimo del rústico a pesar de que el primero posee determinados matices que lo hacen más liviano y luminoso. Frente a los muebles macizos de fuerte peso visual, el provenzal sugiere piezas más ligeras, pero sin olvidar el toque artesano que define a esta decoración típica de las casas de campo.

 Se trata de un estilo rústico en el que se combinan alegres y variados colores, estampados florales, muebles de madera que logran que cada rincón de la casa tenga un aire sofisticado y acogedor.

Si bien no es usual mezclar en una vivienda mobiliario de estilos diferentes, tampoco es acertado aplicar a una casa de ciudad un estilo que correspondería más bien a una casa de campo. A una vivienda urbana le corresponde un estilo más moderno, cómodo, desenfadado y vanguardista, mientras que a una de campo, entendida como segunda vivienda, le corresponde un estilo acogedor y rural. Es fácil llevar a una casa los principios básicos del aire provenzal. El objetivo que debe tenerse en cuenta es conseguir un ambiente cálido y acogedor. Para ello, existe un gran cantidad de muebles y complementos que ayudarán mucho.

Unas piezas ideales para este tipo de vivienda son los viejos arcones o baúles a modo de mesitas. Sobre ellos se puede colocar jarrones de cerámica, plantas secas o algún marco bonito con una foto familiar. De paso sirve para guardar cosas dentro de ellos como la mantelería y la ropa de cama.

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