Un triste día en honor a las que no están

Un triste día en honor a las que no están

El día será gris. No importa cuántas alegrías o victorias personales llevemos sobre la espalda. Mañana todas serán olvido. Las lágrimas ocuparán su lugar, indefectiblemente, porque el recuerdo no dará cabida a nada más.

Muchos nombres vendrán a nuestra memoria. Primero serán los de Minerva, Patria y María Teresa Mirabal. Luego llegarán otros totalmente anónimos, como el de Glenny Taveras, Rosa Elena Durán Díaz, Ingrid Manuela Mejía Encarnación… y cada una de las 211 mujeres que han fallecido en el 2011 a manos de sus parejas o ex compañeros sentimentales.

Hoy, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, es una triste fecha en la que las copas habrán de caer en señal de duelo. Y es que cada año mueren más mujeres por culpa de aquellos a quienes una vez amaron.

Con el alma a media asta toca recordar cómo la fecha del asesinato de las hermanas Mirabal ha terminado siendo el símbolo de una de las plagas más terribles que estamos enfrentando: la violencia de género.

 Es duro pensar que entre los años 2005-2010 fueron asesinadas mil 153 mujeres. Peor es escuchar que sólo en el Distrito Nacional  se presentaron 4,774 denuncias por violencia intrafamiliar (desde enero hasta agosto de este año).

Los números, fríos y crueles, tienen que hacernos reflexionar. Nuestra sociedad está permeada por un machismo lacerante que se traduce en posesividad, celos,  manipulación, violencia (física y psicológica), hostigamiento… una dosis que, al mezclarse, termina siempre en tragedia.

Para luchar contra este mal debemos comenzar educando: a los hombres para amar y respetar; a las mujeres para saber cuándo huir y salvar la vida.

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