Un triunfo dominicano

Un triunfo dominicano

La palabra de Dios señala que la raíz de todos los males es el amor al dinero. (1 Timoteo 6.10) Y eso, en el fondo,  es lo que reconoce las Naciones Unidas  al aprobar la propuesta del Presidente Leonel Fernández acerca de la especulación financiera.

Cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoce la necesidad de  buscar un consenso internacional que permita reducir la excesiva volatilidad de los precios y la especulación en los mercados de productos básicos, está promoviendo la  reflexión acerca de poner un límite a la codicia que hay en el mercado financiero internacional.

El mundo no puede seguir como va. Las fuerzas del mercado no pueden actuar sin frenos, sin que nadie le ponga un límite en sus actuaciones.

Son muchas las personas que son afectadas cada vez que suben los precios de los productos básicos.

Son muchas las personas que son llevadas al hambre o a la miseria cuando aumentan los precios de los productos básicos.

Las Naciones Unidas destaca la necesidad de tomar medidas activas para reducir la excesiva volatilidad de los precios de los alimentos.

No se comprenden suficientemente las causas que conllevan al aumento en los precios de los alimentos.

De ahí que sea necesario convocar un debate temático de alto nivel para discutir con expertos independientes y otros interesados las implicaciones de esos aumentos.

El sistema financiero internacional debe apoyar el crecimiento económico sostenido, el desarrollo sostenible, la erradicación del hambre y la pobreza en los países en desarrollo.

No se puede continuar, como si los agentes financieros causantes de la especulación financiera, actúen como si fueran chivos sin ley.

Alguien tiene que poner un límite. Hay que parar los efectos de los golpes de mercados.

Los países en desarrollo no pueden depender de la voluntad de algunos grandes magnates del mercado financiero internacional.

Los dominicanos nos hemos anotado una gran victoria con la aprobación de esa propuesta por parte de las Naciones Unidas.

Hay que darle todo el crédito al Presidente Fernández por su valentía y tenacidad en la aprobación de  dicha iniciativa.

Pero tenemos que darle toda la gloria a Dios por permitir que aparezca esa luz en medio de la tiniebla, la de  ponerle un límite a la codicia que hay en el mundo financiero internacional en detrimento de los más pobres y necesitados.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas