Un turismo inválido

Un turismo inválido

Después de 29 años de desarrollo turístico sostenido, que ha elevado la oferta hotelera del país a más de 66 mil habitaciones, de repente se tropieza que ese acelerado crecimiento dejó muy atrás el apoyo que debió recibir ese sector de los gobiernos, más empeñados en ver de cómo el ingreso de divisas crecía cada año, hasta llegar el pasado año a casi $4 mil millones de dólares.

Podría decirse que la timidez de los gobiernos, para apoyar los esfuerzos del sector privado con sus grandes inversiones en los resorts, hoteles metropolitanos, restaurantes, etc., es notable, entorpecedora e impide un mayor desarrollo.

Fue en los primeros años del presente siglo que tímidamente se inició una promoción sostenida, desde el secreto mejor guardado del Caribe hasta llegar a que lo tenemos todo, para venderle al mundo un enclave caribeño de cautivantes atractivos y de habitantes hospitalarios, informales y amistosos.

EI gobierno del doctor Balaguer, en las décadas del 70 y del 80 del siglo pasado, invirtió en obras de infraestructura básica en Puerto Plata, cuando preparó a Playa Dorada con una costosa consolidación de la playa, construyó el aeropuerto, el teleférico y modernizó el sistema vial de la costa Norte.

Sin embargo, en la costa Este, donde están las mejores playas, la presencia de las obras oficiales ha sido tímida por no decir insignificante, frente a las grandes inversiones que el sector privado ha venido realizando en el sector con aeropuertos, plantas eléctricas, acueductos y atractivos tan cautivantes como Altos de Chavón.

La orfandad de la región Este, desde La Romana a Bávaro con el sistema vial es notable y preocupante. La lentitud y excusas de los gobiernos para emprender esas obras esenciales estimulan la cantidad de aparatosos y mortales accidentes que con tanta frecuencia se registran en esos tramos, destacándose en particular los que ocurren en el tramo Higüey-Otra Banda-Bávaro.

Desde la tan mentada autopista del Coral, que se supone será construida bajo el engañoso sistema de la concesión hasta la única vía que se ha hecho desde la Cruz del Isleño a Macao, es mucho lo que pregonan las autoridades sin llegar a las realizaciones concretas.

EI incumbente actual de la Secretaría de Turismo ha tenido que tomar iniciativas propias de emprender trabajos de reconstrucción vial, cosa que le correspondía a Obras Públicas, ya que el estado de las vías turísticas, amenazaba seriamente el futuro turístico. Así vemos que Turismo ha llamado a concurso para asfaltar importantes vías en la península de Samaná, que es ahora la niña bonita del turismo nacional.

Y Samaná tenía que ser la máxima atracción turística, ya que es la zona del país con mayores atracciones por sus hermosas reservas naturales, en especial la calidad de sus playas de arenas blancas, algunas poco frecuentadas. En un cercano futuro los atractivos de Samaná, a la velocidad con que se realizan las inversiones en hoteles y proyectos residenciales que tan de moda está en la nuevas tendencias turísticas, rivalizará con el Este y en particular con los millonarios atractivos que existen en la República de La Romana como el recordado coctelero bautizó a ese impresionante y lujoso enclave de esparcimiento.

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