Un valioso punto de arrancada

Un valioso punto de arrancada

República Dominicana y Haití acuden hoy al diálogo para tratar un asunto crucial, de interés para ambos países. Estas conversaciones, motivadas por el tema migratorio y a propósito de las repercusiones de la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, deben ser punto de partida hacia negociaciones amplias, profundas y ricas en temas de interés común. No se puede esperar que el primer encuentro resuelva diferencias vigentes entre estos países.

Lo que más ayudaría a encontrar puntos de avenencia para todas las disparidades habidas y por haber, es que las partes y sus amigos abanadonen el nacionalismo a ultranza y se abstengan de arrastrar hasta estos tiempos y circunstancias, los sucesos históricos que han influido el estado de las relaciones de los dos países. Lo inteligente es sacar el mejor provecho de la vecindad y los intereses comunes.

Los compromisos en materia de derecho internacional obligan a tratar adecuadamente el tema de los derechos humanos. En esta virtud, debe haber garantías sobre los derechos adquiridos por inmigrantes radicados en nuestro país y sus descendientes, sin perjuicio para los derechos de soberanía de nuestro país. Como inquilinos de una isla, la República Dominicana y Haití necesitan manejar en una dimensión más realista y mutuamente provechosa, todos los asuntos de interés común.

DÍA DEL PODER JUDICIAL

El Poder judicial emite a la sociedad una señal que deja mucho que desear. La gente entiende que el resultado del trabajo de la Justicia beneficia más al agresor que a la víctima. No es una simple percepción, sino una verdad tan abrumadora como la escandalosa tasa de reincidencia criminal que tenemos, y que solo puede ser posible si queden sin castigo fechorías que merecen largas condenas de encierro.

Es cierto que el Poder Judicial no ha tenido la holgura necesaria para mejorar su infraestructura y logística, y ahí está como muestra el deplorable estado de las dependencias judiciales de la provincia Santo Domingo, donde fiscalías y tribunales funcionan en furgones estrechos y mal ventilados. Pero nada justifica que se haga un mal trabajo. La pobreza puede justificar que se ande con ropa remendada, pero jamás justifica que esté sucia. Mejoremos el desempeño de la Justicia en favor de la sociedad.

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