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Iredia: el secreto de Atram”, no es otro juego más para el ordenador o la consola. Además de divertir a los pequeños de 8 a 11 años, les permite sentir la realidad de los discapacitados auditivos y ayuda a sensibilizarlos sobre la sordera de un modo ameno y riguroso.

Sara es una niña de 11 años que acaba de tener una hermanita que ha nacido sin la capacidad de oir. La pequeña quiere regalarle una flauta a su recién llegada hermana Marta, pero un gato travieso llamado ‘Kikarazu’ le roba el instrumento musical.

No obstante, Sara dispone de una gran ayuda para alcanzar su objetivo: la de infinidad de pequeños de su misma edad, que pueden ayudarla a recuperar su flauta, superando distintas pruebas mientras persiguen al saltarín Kikarazu por el mundo fantástico de Iredia, el mundo del silencio.

Los niños que quieran ayudar a Sara divirtiéndose, y de paso aprendiendo lo que puede sentir su hermanita Marta y otras personas como ella en la vida real, pueden hacerlo jugando con  “Iredia: el secreto de Atram”, un videojuego para PC y la plataforma de XBox Live Indie Games, desarrollado por el Centro Experimental de Innovación del Conocimiento (CEIEC) de la Universidad Francisco de Vitoria de Madrid (España).

El videojuego “Iredia”, puede descargarse gratuitamente desde Internet (a través de la web www.iredia.es y del portal www.elmundoensilencio.com), al igual que  un amplio e interesante material educativo y el cómic que lo complementa, consta de cinco niveles.

Jugar para entender la sordera.  En cada nivel, el pequeño jugador aprende algún aspecto relacionado con el funcionamiento del oído, los distintos tipos de sonidos y el audiograma, los aparatos que ayudan a oír a personas sordas o la lengua de signos como alternativa y complemento del lenguaje oral.

Después de cada nivel debe enfrentarse a ‘Atram’ y responder a sus preguntas para poder seguir con su camino.

“El videojuego está destinada a dar a conocer a la sociedad aspectos relacionados con la discapacidad auditiva.

 A través de este juego se busca sensibilizar a los más pequeños sobre el mundo de la sordera de un modo ameno y riguroso”, explica María José de Vega, responsable de comunicación del CEIEC.

¿Cómo será vivir con una hermana sorda? ¿Cómo podremos hablar? ¿Cómo jugaremos? y lo más importante: ¿de qué serviría darle la flauta que quería regalarle? son algunas de las preguntas que se plantea Sara y cuya respuestas irá descubriendo -al igual que los pequeños que juegan con ella y compartan sus aventuras en el PC o la XBox- a medida que se va adentrando más en el mundo fantástico de Iredia. 

En cada uno de los niveles del juego, el niño ha de enfrentarse a un reto que ha de superar comprendiendo el funcionamiento del oído o haciendo uso de la lengua de signos, la lectura labial, las ayudas tecnológicas en uso por las personas sordas y otras habilidades de comunicación no verbal.

Cada reto comienza con una reflexión y concluye con un epílogo o resumen que ayudará a Sara (es decir al niño que juega) a entender cómo será la vida con su hermanita sorda.

“En los colegios de integración coinciden niños con sordera con niños sin problemas auditivos, pero la convivencia en el aula no siempre es sinónimo de integración. La sordera es una ‘discapacidad oculta’, que al no ser tan obvia como la ceguera, por desconocimiento, desemboca en problemas de integración”, explica Álvaro José García Tejedor, director del (CEIEC).

Según este experto, “el mundo de la sordera está lleno de tópicos que no ayudan a la integración de estas personas dentro de la sociedad como miembros de pleno derecho de la misma. En multitud de ocasiones los alumnos que oyen normalmente  no perciben las limitaciones ocasionadas por la sordera por el mero hecho de no padecerla”.

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El desafío de la integración

 En cambio, el 95% de los niños sordos nacen en familias oyentes, cuya lengua natural es la lengua oral. En la actualidad, el 90% de las personas sordas se comunican en lengua oral, el 6% en lenguaje de signos y el 4% en ambas. Los expertos del CEIEC ha comprobado que los niños “se enganchan” gracias a que se sienten identificados con la protagonista, que es de la misma edad que ellos, y a que sus retos se presentan en forma de juego, nunca como un examen o como información que haya que estudiar. Otra de claves del videojuego, para conseguir su objetivo, es que resulta divertido. Para desarrollar tanto Iredia como el material educativo adicional, los expertos del CEIEC han estado en contacto con psicólogos, logopedas, pedagogos y familias con niños sordos.