Un vistazo al Desfile Nacional del Carnaval 2007

<p>Un vistazo al Desfile Nacional del Carnaval 2007</p>

POR HELEN JÁQUEZ
El pasado domingo 4 de marzo desfilaron por el Malecón 175 comparsas en las que se plasmaron no sólo la  creatividad y talento, sino que además fue un buen reflejo de la cultura y costumbres de la República Dominicana.

Desde las 4:00 de la tarde la gente comenzó a llenar las calles aledañas al Malecón, con disfraces y mucha energía para disfrutar  de un evento que representaba a cada punto del país. Un evento que era esperado por niños, jóvenes y adultos para hacer gala de los disfraces, que de una u otra manera compraron o diseñaron con mucho esfuerzo.

Todo inició con mucho orden y organización, con un gran despliegue de seguridad y respeto por parte de las autoridades, tanto públicas como privadas. Así como de una buena armonización musical por parte de las diferentes tarimas dispuestas para que la gente pudiera disfrutar del desfile con comodidad.

Las primeras comparsas que dieron inicio al desfile fueron las más beneficiadas, pues no tuvieron que pasar por el dolor de cabeza de ser atropelladas por la multitud que se volcó como una ola gigantesca de desorden.

Aunque las autoridades trataron de mantener el orden y volver todo a la normalidad, la realidad fue que le quedó grande el zapato, pues los presentes no respetaron ni a los uniformados y mucho menos a los que con mucho esfuerzo prepararon y organizaron sus carrozas y comparsas.

Para las 7:00 de la noche ya se había perdido el control de la situación, en la que era imposible distinguir las comparsas producto de la gran cantidad de personas que se habían colado y, consecuentemente destruido una actividad que debió ser un momento de esparcimiento para toda la familia.

A las 7:15 en un intento de devolver el orden y la calma, la comparsa de Puerto Plata se abrió paso a latigazos en medio de la multitud que arropó la avenida George Washington, que suponía ser un área despejada exclusivamente para el desfile.

Para las 7:30 de la noche, ya todo era un caos en el que las comparsas como las de Cotuí se abrían paso por la multitud, la cual no dejó que los papeluses, platanuses y los trapuses lucieran sus hermosos trajes.

A las 7:45 de la noche la comparsa de San Juan de la Maguana tomó látigo en mano para poder despejar el área nuevamente, lo cual fue en vano.

Ya para las 8:00 de la noche no había nada que buscar, todo estaba envuelto en una nube negra de oscuridad, desorientación, desmoralización y delincuencia en la que ni las mismas personas encargadas de la seguridad estaban a salvo.

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