Algunos dicen que somos “un país muy especial”, otro creó la “genial” frase “el secreto mejor guardado del Caribe”. La última etiqueta, y esa es verdad, que somos uno de los países más corruptos del mundo.
No necesitamos intrincados procedimientos científicos para saber que la corrupción vive aquí, por eso nos atrevemos a cruzar un semáforo en rojo y entender que, con un par de 100 pesos, el policía mirará hacia el otro lado. Y hasta lo logramos.
Y líbrenos Dios instalar un negocio. Se requieren permisos de los Ministerios de Industria y Comercio, Medio Ambiente y Salud Pública, También del Cuerpo de Bomberos y de la Cámara de Comercio. En cada paso habrá un pica-pica que quiere “lo suyo”.
También es corrupción negar, por ejemplo, que el dengue está acabando y el Ministro de Salud minimiza el asunto. A un vivo se le ocurre iniciar una jornada de fumigación y chapeo de yerbas que acumulan aguas. Se publican fotos de algunos funcionarios participando en los operativos. La acción no se repite como elemento de prevención y por ahí viene otra plaga que llega por falta de atención.
Se inauguran edificios para escuelas y por todos lados faltan pupitres, pizarrones, los sanitarios dan asco y otras dificultades que no se entienden, pero aceptamos.
Ninguna obra pública tiene garantizada una vida útil sin problemas de modo tal que el tiempo de sus servicios pague la inversión. Cada calle, cada carretera, cada barrio, cada construcción pagada por el gobierno no es supervisada en el proceso de edificación, De ahí que, si acaso hay una, la mayoría de las calles y avenidas, se inundan por fallas de construcción, supervisión y mantenimiento. No hay pendientes, los contenes son deficientes y no hay responsables de limpiar los lugares por donde se debe disponer del agua. También, por la falta de alcantarillas y la desatención de las mismas.
Hay una situación inédita, el partido del gobierno tiene dos candidatos punteros: Leonel Fernández y Gonzalo Castillo, para justificar el dicho de que “somos un país muy especial” basta con escuchar los discursos de esos ciudadanos, para que nos demos cuenta de cómo nos ven.
Leonel anda prometiendo villas y castillos (no Castillo), algo así como “lo que no pude hacer en 12 años como Presidente de la República. Trata los temas como quien habla para idiotas u olvidadizos.
De su lado, Castillo critica su propio gobierno con sus promesas con las cuales señala lo que el gobierno no ha hecho en seguridad ciudadana y otros temas.
Como no todo es malo. Un grupo de estudiantes gana un premio en unas olimpíadas de matemáticas celebrada en Guanajuato, México. Eso indica que no todo está perdido.