La incapacidad del Gobierno para dar respuestas a las necesidades más perentorias de la población, los métodos desfasados que imperan en la conducción del Estado para mejorar las oportunidades económicas, políticas, sociales y culturales de la población, el virtual desamparos que han quedado amplios sectores de la población ante la crisis económica, sumado al preocupante nivel de corrupción, autoritarismo, clientelismo, servilismo y narcotráfico, ha creado una pérdida de confianza, engaño y frustración en la población Dominicana, sobre todo, en un momento en que el Gobierno ha dado un manejo unilateral y político al Covid-19, jugado descaradamente con la salud y seguridad ciudadana.
Otro factores a enumerar, la oferta de empresas fantasmas para la acumulación financiera, el manejo turbio de las finanzas en términos de rendición de cuentas, complicidades de los poderes facticos y cooptar a profesionales, empresarios y ciudadanos para ser utilizado como si fueran una zafra azucarera en su proyecto político y electoral. Ese inmediatismo y desesperación, los conduce a obstruir los procesos democráticos de la sociedad civil, manipular a los sectores populares y no propiciar la tranquilidad y participación ciudadana en el certamen electoral, entre otros.
La mayoría de los ciudadanos consientes somos un poder alternativo, donde el Gobierno no puede utilizarnos y manipularnos a todos en su cuestionado proyecto político y electoral
Revisémonos, autocritiquémonos, asumamos el voto en las elecciones, no como un negocio de unos pocos que se han enriquecido de los recursos nuestros, sino con la seriedad, honestidad, cívismo, ética y responsabilidad que todos ciudadano desean en esta situación de crisis, angustia y desesperación que vive el país.
Construyamos la democracia y el bienestar del país, para que nuevas y frescas aguas corran para el bienestar de niños, adolescentes, jóvenes, mayores de edad y envejecientes.
Dios, Patria y Libertad.