POR MU-KIEN ADRIANA SANG
Como el fin principal de los hombres al entrar en la sociedad es disfrutar de sus propiedades en paz y seguridad, y como el gran instrumento y los medios para conseguirlo son las leyes establecidas en esa sociedad, la primera y fundamental ley positiva de todos los Estados es el establecimiento del poder legislativo. Y la primera y fundamental ley natural que ha de gobernar el poder legislativo mismo, es la preservación de la sociedad y (en la medida en que ello sea compatible con el bien público) la de cada persona que forme parte de ella. Este poder legislativo no solo es el poder supremo del Estado, sino que también es sagrado e inalterable, una vez que está ya en las manos a las que la comunidad lo haya entregado; y ningún edicto de nadie, como quiera que sea concebido, o cualquiera que sea el poder que lo respalda, tendrá la fuerza y la obligación de una ley, si no ha sido sancionado por los magistrados de la legislatura que el pueblo ha escogido o nombrado. Pues, sin esto, la ley no tendría lo que le es absolutamente necesario para ser ley: el consentimiento de la sociedad, sobre la cual nadie puede ostentar el poder de hacer leyes, excepto por consentimiento y autoridad recibidos de la sociedad misma
John Locke, Segunda Tratado sobre el gobierno civil.
Esperé con ansias el día en que iniciaríamos el trabajo con el pensamiento de John Locke, uno de mis clásicos favoritos. El profesor Harris tampoco me defraudó. Ese día había dejado de ser Hobbesbiano para convertirse en Lockiano. Una estrategia pedagógica interesantísima como les dije la semana pasada. Disfruté estas conferencias y me convencí nuevamente que el pensamiento occidental está permeado por las ideas de ese gran intelectual inglés nacido en 1632. Su influencia se expandió por todo el mundo conocido. Fue una fuente inspiradora para los revolucionarios norteamericanos que habían decidido independizar las 13 colonias, y sobre todo para los enciclopedistas franceses, especialmente Montesquieu. Dicen algunos pensadores que así como Newton revolucionó la física, John Locke hizo lo mismo con la metafísica.
John Locke publicó varios libros, pero fueron sus dos Tratados Sobre el Gobierno Civil sus verdaderas obras maestra, por la originalidad de sus ideas y sobre todo por su influencia teórica y práctica en el pensamiento político y la política del mundo occidental. En el primero ataca abiertamente las posiciones de los absolutistas, especialmente a Robert Filmer. Extraña que Locke nunca enfrentó abiertamente a Hobbes, e incluso se afirma que en su pensamiento aparecen de forma insistente algunas ideas de Hobbes. En el segundo tratado intenta demostrar que el poder deriva del consentimiento de los súbditos.
Inicia su estudio haciendo un análisis del estado de la naturaleza. A diferencia de Hobbes, plantea que los seres humanos nacen libres e independientes, y conservan ese estado gracias a la existencia de una ley natural, que es expresión de la razón. Asimismo defiende el derecho de propiedad como un derecho natural. La teoría de la propiedad es uno de los elementos claves del pensamiento del intelectual, al considerar que su preservación es el motivo que impulsa a los seres humanos a reunirse en comunidades.
Al igual que Hobbes, Locke habla de que los hombres para proteger sus bienes hacen un pacto del cual surge la sociedad política. En este pacto, que algunos autores denominan convenio, se establece que la sociedad se encargará de ser la salvaguardia, para lo cual dictará las normas que considere necesarias para el bien de la sociedad, y castigando a los infractores. La condición de membresía de la sociedad política se establece, según Locke, por consentimiento, el cual puede ser implícito o explicito. Normalmente, señala, aquellos que poseen tierra consienten su pertenencia de manera tácita porque es la única manera de proteger sus bienes. A partir de ese consentimiento surge el Contrato Social.
Locke fue de los primeros intelectuales que habló de la sociedad civil, cuyo fin es ser la salvaguardia de los derechos naturales. Los miembros de la sociedad civil eligen a sus representantes, los miembros del Poder Legislativo, que son, según sus palabras, «el alma que da forma, vida y unidad a la comunidad política.» Considera que el Ejecutivo debe estar subordinado al legislativo, porque su función es aplicar las leyes. Pero ojo, la sociedad civil concebida por Locke era toda la sociedad. Hoy sociedad civil .
Uno de los grandes aportes del pensamiento de Locke fue su posición sobre la oposición. Considera este gran intelectual que el pueblo puede y debe rebelarse contra el poder establecido, cuando gobiernan para sus propios intereses y no para el bien común. Entonces, se lucha para disolver ese gobierno. ¡Qué gran visión! ¿No creen?
Cuando terminó la exposición, el profesor Harris anunció al curso que tendríamos un examen escrito. Me asusté mucho. Había que interpretar un texto. Cuando llegó el día tuvimos que trabajar duramente, pero lo hicimos. Yo por mi parte elegí el libro de Locke, porque me gusta su pensamiento y pensé que de esta manera sería más fácil escribir en inglés.
Al terminar a Hobbes comenzamos a estudiar a Mcllwain, uno de los grandes teóricos del Constitucionalismo norteamericano que escribió en 1939 un verdadero clásico.
Para entonces el grupo había perdido el temor y nos conocíamos mejor. Cada uno conocía los defectos del otro. Se hizo un hábito los dulces de Chris, que los repartía cada mañana a todo el grupo; las obsesiones de Bill, un profesor judío ortodoxo que sufría con las comidas que nos servían; las preocupaciones de algunas de las visitantes para aprovechar el tiempo para pasear un poco y hacer algunas compras. Ben que siempre utilizaba sus tiempos libres para jugar basketball, Liza con su eterna pepsicola de dieta. El profesor, sin embargo, nunca interactúo mucho con nosotros. Fue amablemente distante y nunca lo vimos fuera de las horas de clases. Nos vemos en la próxima.