En el 2024, no se celebraron los dos grandes concursos nacionales, institucionales y tradicionales, pero el casi recién nacido Premio de Arte Juan José Bellapart ha tenido un éxito de participación extraordinario, que además demuestra la necesidad de esa clase de convocatoria competitiva y búsqueda de innovaciones. Hubo también celebraciones especiales, que propiciaron muestras excepcionales y suscitaron tanto el interés como la reflexión.
Ahora bien, queremos referirnos previamente a una elección, acogida por consenso y con entusiasmo, el Premio Nacional de Artes Visuales, que el Ministerio de Cultura atribuye a una personalidad ya histórica.. En 2024, fue Manuel Montilla, artista magistral y plural -pintura, acuarela, dibujo, estampa y aún escultura. Luego, es un ser humano muy solidario, que forma con su esposa Nati un binomio de excepción. Parece increíble que 50 años hayan transcurrido desde su primer premio de Bienal…, que seis décadas de entrega profesional no hayan alterado su creatividad, y él haya sabido brillar entre Madrid y Santo Domingo.
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Grandes eventos y celebraciones
Una manifestación internacional de gran envergadura –única en su despliegue e iniciativa-, fue la Feria de Arte Contemporáneo Iberoamericano. Parece algo muy curioso que no se haya (a)preciado realmente, en primer lugar porque, contrariamente a una feria de arte, no participaron galerías exhibiendo y comercializando sus obras. Resultó una magna exposición internacional, desplegada extensamente en varios “sitiales”, sobresaliente en escultura y arte colombiano. Se explica por la organizadora -principal y más , Luz Botero, apoyada con cuantiosos patrocinios, mayores que colaboraciones. Ello contribuye a una valoración y un porvenir inciertos.
Contrastante en propósitos, organización e ideología, fue la undécima edición de Photoimagen, unánimemente acogida, lo que también corresponde al auge de la fotografía dominicana. Una preparación sigilosa durante un año culminó en logros extraordinarios, ¡No solamente de público y crítica!, sino de impacto nacional e internacional. Aliando historia y actualidad, brindó la oportunidad de descubrir cien años de grupos fotográficos dominicanos, la hazaña de Winston Vargas vitalizando la dominicanidad ausente de Washington Heights, reveló intérpretes de la nueva fotografía. Este festival completó la emoción, rindiendo homenaje a Jenny Polanco.
Exclusivamente nacional, se celebró brillantemente el Centenario del Maestro Ramón Oviedo, preparado por Omar Molina y la Fundación Ramón Oviedo. Si bien es cierto que la exposición cimera fue “Oviedo, cien años” en el Museo de Arte Moderno, con obras casi incontables, ilustrando 75 años de dedicación profesional, desde la innovación publicitaria hasta las postrimeras abstracciones pictóricas, el Centro Cultural de España, el Museo Bellapart, el Centro Cultural Perelló, la Galería Nacional de Bellas Artes, destacaron en muestras exclusivas el genio obsesivo de un pintor y dibujante. Falta todavía un reconocimiento en el exterior, ¡Reto perenne para el arte dominicano!