A tres días antes de las celebraciones de Nochebuena, una tragedia se cierne sobre Farah Flores y su familia. Su hija, Crisfarelis Flores, quien cumpliría 14 años el próximo 11 de enero, falleció tras el derrumbe parcial de una edificación en la calle Juan Erazo, en el barrio capitalino de Villa Juana. En el mismo accidente, otras dos niñas, de 8 y 12 años, resultaron heridas y están graves.
Según los testimonios recopilados en el lugar de los hechos, Crisfarelis y otras cuatro niñas jugaban el sábado, cerca de las 7:00 de la noche, debajo de un toldo frente a una vivienda aparentemente abandonada.
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Dos de las niñas lograron escapar ilesas y fueron quienes alertaron a los familiares sobre el derrumbe. Jessica Martínez, prima de Farah Flores, relató que un grupo de al menos diez hombres tuvo que trabajar para mover los escombros y rescatar a las niñas atrapadas.
Los servicios de emergencia del 9-1-1 llegaron al lugar y trasladaron a las tres niñas heridas a diferentes hospitales.
Crisfarelis fue llevada al hospital infantil Doctor Robert Reid Cabral, donde perdió la vida ayer, debido a graves lesiones en la cabeza, la columna vertebral y traumatismos severos en otras partes del cuerpo.
Una de las niñas heridas, solo identificada como Nashly, de 8 años, presenta un traumatismo craneoencefálico y está ingresada en el hospital traumatológico Darío Contreras.
La otra menor, de 12 años, sufrió fracturas en una pierna y lesiones en la cabeza, y permanece internada en el hospital de Los Billeteros.
Bianca Flores, tía de Crisfarelis y hermana de Farah, lamentó que la dueña de la vivienda colapsada no haya aparecido ni haya acudido ante a la familia para dar explicaciones.
Casa-almacén
Según los vecinos, la casa era utilizada como almacén de materiales de construcción y ropa de paca.
Presumen que los materiales almacenados en condiciones inapropiadas pudieron haber contribuido al colapso del muro.
Bianca Flores indicó que estos materiales eran trasladados de forma nocturna para evitar que los vecinos lo notaran. La vivienda donde ocurrió la tragedia conecta con otra propiedad ubicada en la calle Peña Batlle, entre las calles Seibo y Juan Erazo, donde la dueña tendría una construcción en proceso.
Crisfarelis, descrita por su familia como una niña tranquila, estudiosa y responsable, cursaba el primer año de secundaria en la escuela Nicaragua. Su madre, Farah Flores, trabaja en una banca de lotería y cumplía con su jornada laboral al momento del derrumbe, que -dijo- le devastó, junto a su familia.