Una alianza de 50 años

Una alianza de 50 años

Desde el momento en que surgió en 1971, hasta la fecha, la Asociación Nacional de Empresas e Industrias Herrera ha estado apegada a los objetivos de contribuir al desarrollo nacional con inversiones e innovaciones que suman calidad y valor al Producto Bruto Interno.

Capitales al servicio del crecimiento de la economía y de la multiplicación de empleos desde un enclave que ha crecido en plena ciudad que lleva también 50 años de fructífera existencia como asiento para nuevos proyectos medianos y pequeños pero forjados con visiones y expectativas en grande.

Asociados, adquirieron mayor representatividad como sector corporativo encaminado a crecer patrimonialmente acogiendo a más participantes y renglones y de un reducido grupo inicial ya es hoy de 190 miembros.

El medio siglo de presencia en la generación de bienes de notable oferta en el mercado ha sido celebrado por el liderazgo de la ANEIH con reafirmaciones de compromisos con la competitividad y con los mejores intereses del pueblo dominicano.

La filosofía progresista que siempre ha animado al conglomerado desarrollista de Herrera ha dado y debe seguir dando buenos frutos.

Nació de los impulsos de unos jóvenes emprendedores y luego vino el plus invaluable de la experiencia y de la compenetración con el resto de la sociedad con la que comparte beneficios a través de servicios, aprovisionamientos y plazas de trabajo.

Una de cal y otra de arena

La reacción favorable de la población a los llamados de acudir a puestos de vacunación coloca al país en una trayectoria hacia el efecto rebaño de las inmunizaciones, reconocidas por la capacidad que efectivamente encierran para reducir las tasas de gravedad y defunción a causa del virus SARS-CoV-2.

Los mensajes motivacionales basados en la ciencia están superando las influencias de discursos que parten de premisas falsas, de escaso o ningún fundamento, o movidos desde posiciones radicales.

Conviene medir los riesgos que implica para esta sociedad la “vacunación cero” al otro lado de la frontera, vecindad desde la que nadie debería cruzar hacia acá sin un control al porte de infecciones.

Debería incluso proveerse inmunidad a los inmigrantes devueltos a su tierra, ante la certeza de que casi de inmediato lograrían infiltrarse subrepticiamente.

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