Una amenaza permanente

Una amenaza permanente

JESÚS MARÍA HERNÁNDEZ SÁNCHEZ
Hace unos días en este mismo diario un colega y amigo escribió un interesante artículo sobre el peligro que representa para nuestro país y países de la región del Caribe el paso de buques transportando materiales radioactivos y desechos peligrosos por nuestras costas, nosotros por la experiencia en el tratado de este tema agregaríamos también a Argentina y Chile pues algunas veces esos buques cuya travesía es entre Japón y Gran Bretaña o Francia utilizan el paso de Magallanes, Sur de América, en sus rutas.

Nuestros gobiernos en los últimos ocho años han llevado el liderazgo en la presentación de este peligroso caso en todas las Cumbres que han venido participando. Ya en la II Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Asociación de Estados del Caribe que se llevó a efecto en nuestro país en Abril de 1999 se deploraba y rechazaba el uso continuado del Mar Caribe para transporte de desechos nucleares y tóxicos.

Esta preocupación ha sido una constante que han apoyado solidariamente todos los países de América Latina en Cumbres como la ya mencionada Asociación de Estados del Caribe, las del Grupo de Río y las Cumbres Iberoamericanas, así vemos como el artículo 36 de la XII Cumbre Iberoamericana que se llevó a cabo en Bávaro República Dominicana en noviembre 2002 reza “Reiteramos lo expresado en anteriores Cumbres Iberoamericanas acerca de nuestra preocupación por los riesgos que implica el transporte de materiales radioactivos y desechos peligrosos por rutas cercanas a los costas de los países miembros, debido a la naturaleza intrínsicamente peligrosa de su carga. En ese sentido subrayamos la importancia del cumplimiento de los estandares de seguridad fijados por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OEIA), la Organización Marítima Internacional (OMI), la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) y los establecidos en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar y el Convenio de Diversidad Biológica…”.

Nuestro gobierno debe seguir insistiendo en ese tema en todos los foros internacionales buscando siempre ampliar cada vez más el respaldo al mismo, ya que un accidente, siempre posible, recordemos el derrame de petróleo en las costas de Alaska, eliminaría por años la fauna de nuestro mar y desaparecería totalmente el turismo en esa pujante zona.

Por último quizás sería interesante recordarle a un dinámico diputado que maneja la Convención de las Naciones Unidas sobre Derecho del Mar del 1982, firmada por nuestro país, pero no ratificada hasta ahora, que acelerara ésta para así tener mayores alegatos en nuestra posición en materia de protección y preservación del ambiente marino de nuestras costas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas