Una arista social de la inseguridad

Una arista social de la inseguridad

En el país ha crecido el número de jóvenes que ni estudian ni trabajan. Ellos componen lo que ha sido bautizado como “generación nini”. Al evaluar los parámetros que dan lugar a la inseguridad ciudadana hay que tomar en cuenta las causales  sociológicas, y no hay duda de que los “nini” encajan en un perfil de vulnerabilidad que requiere mucha atención del Estado. La franja de edades de los nini coincide de manera asombrosa con la de los jóvenes que en nuestro país se ven involucrados en actos delictivos, sin que esto signifique que todos los nini sean necesariamente delincuentes.

El Gobierno ha empezado a desarrollar el Plan Integral de Seguridad Ciudadana por varios de sus aspectos. Por ejemplo, se ha dado impulso al aspecto legal para la  reforma de la Policía Nacional y se ha iniciado la modernización de sus destacamentos. Pero es poco lo que se sabe de lo que contiene  el plan en el contexto de las causas sociales de la violencia y la delincuencia y la manera de dar respuestas ajustadas a las necesidades.

Una parte de la generación nini lo es por voluntad, pero otra parte considerable lo es por falta de oportunidades. Sería interesante saber cómo enfoca el Plan Integral de Seguridad Ciudadana el aspecto de la falta de oportunidad de integración a la vida productiva que empuja a muchos jóvenes a involucrarse en actos delictivos y vicios.

El potencial de Duquesa

El vertedero de Duquesa retomará desde hoy su ritmo de 24 horas de operación, que había limitado hasta las 10:00 de la noche la recepción de desperdicios, por falta de personal, según ha explicado la empresa que lo opera. Esto ayudará a mejorar la disposición de basura de los municipios del Gran Santo Domingo, pero es una vuelta al desperdicio de las potencialidades energéticas del vertedero.

Duquesa, además de receptáculo de basura, es una fuente de trabajo rudimentario para los “buzos”, de contaminantes para el subsuelo y aguas subterráneas, y eventualmente de humo cuando entra en combustión, con todas las consecuencias sanitarias que esto implica. Los ayuntamientos del Gran Santo Domingo deberían explorar la factibilidad de convertir Duquesa en un procesador  de la biomasa que le llega constantemente, para convertirla en  biogás, energía y fuente  de trabajo.

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