Una asamblea muy antiestadounidense

Una asamblea muy antiestadounidense

NUEVA YORK (AFP).- El presidente George W. Bush ha tenido que hacer frente a una de las asambleas generales de las Naciones Unidas más hostiles a Estados Unidos de los últimos años, con su némesis venezolano, Hugo Chávez, tomando la batuta.

La manifestación más llamativa de esa hostilidad fue el estatus de estrella que el miércoles adquirió en pocos minutos el presidente venezolano, Hugo Chávez, con palabras agresivas contra el presidente George W. Bush en la tribuna de la ONU. “Ayer estuvo el diablo aquí. En este lugar aún huele a azufre”, dijo Chávez en alusión al discurso de Bush del día precedente.

El teatral y ardoroso jefe de Estado hizo la señal de la cruz y levantó los ojos al cielo, pareciendo implorar la protección divina contra el presidente norteamericano, al que calificó de “mentiroso” y “tirano”.

Tras su discurso, el dirigente venezolano fue calurosamente aplaudido por los dirigentes presentes y asaltado por las cámaras del mundo entero en los corredores de la ONU.

Su exposición eclipsó el discurso, seguido sin embargo con mucha atención, de otro enemigo jurado de la administración estadounidense, el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, comprometido en una pulseada con Estados Unidos por su programa nuclear.

El discurso de Ahmadineyad fue retransmitido en directo por las cadenas de televisión estadounidenses a una hora de gran audiencia —mientras que Bush habló por la mañana— y luego el ultraconservador presidente de Irán multiplicó sus entrevistas con medios norteamericanos antes de hablar en el prestigioso centro de estudios Council on Foreign Relations.

Irán también le infligió una seria derrota diplomática a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice: Estados Unidos debió ceder terreno el martes respecto al tema nuclear iraní al aceptar darle tiempo a los europeos para discutir con Teherán y posponer una vez más, al menos hasta octubre, la aprobación de sanciones que propone Washington desde hace meses.

Estados Unidos, empantanado en Irak y criticado por la reciente crisis libanesa, también tuvo que ceder terreno a los europeos en el conflicto israelo-palestino.

Una reunión del llamado Cuarteto para Medio Oriente (Estados Unidos, Rusia, Unión Europea y ONU) concluyó con la prórroga del mecanismo financiero elaborado por la UE para suministrar asistencia a los palestinos, sometidos a sanciones internacionales desde la llegada del movimiento islamista Hamas al poder a principios de año.

Y mientras Rice insistía hasta entonces en la necesidad de que el gobierno de Hamas se sometiera formalmente a las exigencias del Cuarteto —reconocimiento del derecho de Israel a existir, renuncia a la violencia y respeto a los acuerdos pasados—, el comunicado del Cuarteto sólo pide al gobierno palestino que “refleje” esos principios.

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