Una biografía revela la atormentada vida del propietario del Titanic

Una biografía revela la atormentada vida del propietario del Titanic

Londres, (EFE).- Una biografía sobre el propietario del Titanic revela que J. Bruce Ismay llevó una existencia atormentada tras haber huido en un bote junto a mujeres y niños, durante el hundimiento del barco, dejando a miles de personas atrás.

La autora del libro, Frances Wilson, cuenta hoy en el diario británico «The Daily Telegraph» que el presidente de la compañía que construyó el gran transatlántico fue duramente castigado por la prensa de la época, que lo tildó de «cobarde» y «egoísta».

La biografía, titulada «Cómo sobrevivir al Titanic- el hundimiento de J.Bruce Ismay», será publicada el 15 de agosto en el Reino Unido y en ella se narra la historia del armador británico tras la tragedia. Ismay era uno de los pasajeros del crucero, que se hundió en su viaje inaugural, el 14 de abril de 1912, tras chocar contra un iceberg en aguas del Atlántico cuando se dirigía de Southampton (sur de Inglaterra) a Nueva York.

Según la nueva biografía, J. Bruce Ismay se aprovechó de su posición para huir en uno de los botes salvavidas destinados a las mujeres y los niños, dejando atrás a los más de 15.000 pasajeros que murieron en el hundimiento. Su historia dio la vuelta al mundo y el trato que recibió por parte de la prensa fue despiadado.

En aquella época, el tabloide británico «Daily Mirror» se refirió a él en titulares como «el hombre más criticado del mundo» y un periódico estadounidense lo calificó como «alguien preocupado sólo de él mismo».

La autora explica cómo J. Bruce Ismay, tras el accidente, recibía misivas amenazantes y que muchos de sus amigos le retiraron el saludo. Además de su poca caballerosa huida, días después del hundimiento, se reveló que la decisión de que el crucero redujera el número de botes salvavidas de 48 a 16 fue suya, lo que aumentó su leyenda negra.

En un carta, a la que ha tenido acceso la biógrafa, el armador británico, atormentado por las pesadillas, le confesó a una amiga que su vida profesional se había arruinado y que no quería volver a ver un barco en su vida.

 «Quizá estaba demasiado orgulloso de mis embarcaciones y éste ha sido mi castigo», reconoció el también presidente general de la línea de barcos a vapor White Star Line. EFE

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