Una bóveda ártica para salvar las semillas del mundo

Una bóveda ártica para salvar las semillas del mundo

Fiona Harvey
FT

Ayer se abrieron las puertas de una bóveda ártica del “día del juicio final” que guardará semillas de los productos agrícolas más importantes del mundo protegiéndolas de cualquier desastre mundial en escenarios que van desde los drásticos cambios climáticos hasta la guerra nuclear.

Las primeras semillas –de plantas de arroz- debían ser enviadas ayer a la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, Noruega, cavada en una isla del Polo Norte de  280 kilómetros cubierta de nieve y que se mantendrá a 18°C con la intención de preservar  cientos de millones de semillas de variedades de unas 100 principales cosechas del mundo.

“Es una póliza de seguros”, dijo Cary Fowler, director ejecutivo de Global Crop Diversity Trust, que construyó la cámara con $8 millones del gobierno noruego.

En caso de un desastre repentino como un ataque nuclear o un asteroide, el banco de semillas permitiría reabastecer la agricultura de la Tierra.

También protegería contra los efectos del calentamiento global, algo que muchos científicos dan como inevitable, al proporcionar semillas para que los investigadores puedan iniciar nuevas cosechas que puedan enfrentar el cambio climático.

Según Fowler: “estamos perdiendo variedad y diversidad de cultivos por todas partes. . . y además el cambio climático está afectando el crecimiento de algunos productos agrícolas”.

Actualmente no existe un depósito de semillas. Las colecciones se mantienen  al azar por diferentes partes del mundo.

Semillas de 1.5 millones de variedades de cosechas conocidas serán enviadas a la bóveda de  Svalbard, que será un depósito de último recurso y solo dispensará semillas de las variedades que ya hayan desaparecido.

La Global Crop Diversity Trust ha reunido $100 millones de la dotación de $300 millones necesarios para el mantenimiento de la bóveda y el proceso de recogida y experimentación de las semillas.

La cifra

1.5

Millones.  Esta cantidad devariedades de cosechas conocidas serán enviadas a la bóveda de  Svalbard, que será un depósito de último recurso y sólo dispensará semillas de las variedades que ya hayan desaparecido. Es una póliza de seguros”, dijo Cary Fowler, director ejecutivo de Global Crop Diversity Trust, que construyó la cámara con 8 millones  de dólares del gobierno noruego.

Las claves

Bóveda

   El depósito ha sido construido en el interior de una montaña helada cerca del pueblo de Longyearbyen, en Svalbard. Svalbard es un grupo de islas situado casi mil kilómetros al norte de la península Noruega. El grosor de la roca y el permafrost (capa de hielo subterráneo, ndr) asegurarán que, aún sin electricidad, el material genético almacenado en el depósito permanecerá congelado y protegido.

Finaciamiento

La construcción del depósito ha sido financiada por el gobierno noruego. El Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos considera que el depósito es un componente esencial de un sistema racional y seguro para conservar la diversidad de todos los cultivos con que cuenta la Tierra.

Bancos inyectarían recursos a aseguradora Ambac

Un grupo de 8 bancos liderados por Citigroup y UBS se prepara para inyectar hasta US$3000 a Ambac, que está corriendo contra el tiempo para obtener fondos frescos para evitar que le quiten la calificación crediticia  triple A. Además de llevar a desvalorizaciones potenciales de los $550 000 millones de bonos garantizados por Ambac, los bancos podrían verse afectados por devaluaciones debido a que esto podría reducir el valor de garantías en obligaciones e deudas colaterales y en negocios de derivados. El dinero de los bancos formaría parte de un plan de dividir las operaciones de Ambac en un negocio municipal calificado triple A y un negocio estructurado de finanzas con calificaciones ligeramente inferiores.  

Bouton en pie de guerra frente a la Société Générale

En un principio, cuando el escándalo estalló,  Daniel Bouton ofreció renunciar no una, sino en dos ocasiones. La Junta del banco rechazó su oferta, preocupada por estabilizar el banco en lugar de añadir más inestabilidad tratando de encontrar alguien dispuesto a dar ese paso en la difícil y altamente incierta situación. Pero ahora le dijo a un periódico francés que su renuncia ya no estaba en la mesa. “Me quedo.  Soy  el piloto y estoy en el asiento del conductor –no debe haber dudas sobre esto-.” Si el mensaje no estaba del todo claro, él sugirió que la junta no estaba considerando en esta etapa la división del rol de presidente ejecutivo y presidente de la junta. Es alentador ver a Bouton recobrar parte de su viejo espíritu de lucha, pero seguramente no está en sus manos decidir si se queda o se va.

Mercado listo  para compensar   riesgo por caída de mora

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