El país cuenta con una red vial que ha permitido el desarrollo de regiones y comunidades. Partiendo de la capital, hay conexiones importantes entre ésta y las principales provincias del Este, Nordeste, Norte, Noroeste, así como  Sur y Suroeste. Es innegable la influencia de esta infraestructura en el progreso económico de las regiones interconectadas, para hacer llegar sus productos a los distintos mercados, o facilitar el turismo.

 Sin embargo, existe una brecha enorme que mantiene aisladas  las comunidades del Norte y el Sur y cuya razón de ser, técnica, ecológica o de otra naturaleza, no ha sido argumentada en ningún momento. Aunque una carretera entre el Cibao y el Sur sería un enlace de gran importancia para el intercambio comercial, y el turismo en particular, a ningún Gobierno se le ha ocurrido emprender una obra de este tipo.

Las grandes carreteras que tenemos no han sido dañinas para los ecosistemas, y no parece haber razones valederas para considerar que una carretera Cibao-Sur pudiera llegar a ser una amenaza ecológica o algo semejante. En todo caso, su diseño y desarrollo debería garantizar que la vía sea amigable con los ecosistemas intermedios y de gran potencial para el turismo ecológico, que tan tímidamente  explotamos. Hasta demostración en contrario, la carretera Cibao-Sur es una cantera de desarrollo que debemos explotar.

Ante una terrible duda

Julio Aníbal Suárez Dubernay escaló la posición de juez de la Suprema Corte de Justicia por sus dotes profesionales y sus condiciones morales.

 Y en la reciente selección de miembros de ese tribunal se le excluyó bajo el argumento, no documentado, de que “no siempre estuvo conforme a los criterios de imparcialidad e independencia” que demanda el reglamento del Poder Judicial. Esto consta en el acta 24 del Consejo Nacional de la Magistratura, del 21 de diciembre de 2011.

El jurista tiene la duda de que su exclusión, como la de otros tres jueces que quedaron fuera de la Suprema Corte,  tendría que ver con su posición disidente en la decisión evacuada por ese tribunal en relación con el sonado caso Sun Land.

Alguien con suficiente calidad para hacerlo debería despejar estas desagradables dudas.