Una cabalgata polémica

Una cabalgata polémica

MADRID, España.- Las fiestas navideña han finalizado, el último resoplido, los Reyes Magos, que aquí no han perdido nada de vigencia, todo lo contrario, cada año que pasa más adeptos.

Es una celebración que pienso, al menos por el comportamiento de los españoles, gusta más a los padres que a sus propios hijos.

Son fanáticos de estos personajes mágicos: que hacen soñar a la gente menuda, esa cabalgata que hace más de dos mil años llegó, como dice la Biblia, guiada por una estrella hasta un pesebre en Belén, lugar donde nació Jesús.

El Desfile de Reyes de la capital española, famoso en el mundo entero por su belleza, colorido, sus personajes fastuosos, alegóricos a Jesús, María, José, pastorcillos, los Magos, todo un gran espectáculo que durante años ha llenado de ilusión y alegría a niños y mayores, éste año fue todo lo contrario, una cabalgata deslucida, que ha levantado una serie de polémicas que acusan a la alcaldesa de Madrid, de filiación comunista, Manuela Carmena, de querer destruir, o al menos opacar, la tradición de la cabalgata de los Reyes Magos.

El centro de la Castellana fue recorrido hasta Cibeles por una serie de personajes que nada tienen que ver con los Magos de Oriente y el nacimiento del Niño Jesús.

La mitad del desfile fue protagonizado por la colonia china en Madrid, con sus famosos dragones inflables inmensos, mientras, que las figuras religiosas desaparecieron por arte de magia, al menos, así lo señalan los que han acusado a la alcadesa de querer “cargarse”, destruir, esta tradición.

Con un desfile con pocas gracias, sin villancicos navideños, unos reyes particulares, pues este año fueron Reinas Magas, recibidas por una multitud de gente, como siempre increíble, muchos con sus escaleras a cuesta, como una cruz en el calvario, para que ellos y los niños pudieran ver mejor ese desfile opaco, sin brillo alguno, del que dicen que hasta a los Reyes Magos los despojaron de sus fastuosos atuendo, para vestirlos con cortinas de baños, como una burla.

El chisme contra la Carmena sigue, pues todavía todo el pasado fin de semana los madrileños continuaban hablando del asunto, siguen con una mentalidad navideña, como si las fiestas no hubiesen pasado, abarrotando los establecimientos comerciales para adquirir artículos de las ofertas de enero, una locura contagiosa que les cuesta abandonar.

No han aterrizado a la vida cotidiana, a la normalidad.
Hasta el martes.

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