Maquillistas de ocasión, fabuladores y creadores de cuentos de ficción, los miembros de la Cámara de Cuenta(o)s parecerían estar ahí para tomarnos el pelo y, por qué no, también el dinero.
Sus creaciones, cual guiones baratos, siempre incluyen la misma receta: una auditoría que encuentra “indelicadezas” en la gestión de algún ministerio o institución y, cuando se dar a conocer -o se filtra- en la opinión pública aparece una auditoría final con explicaciones oportunísimas que demuestran que las cosas no eran tan malas como se veían a simple vista. ¡Félix Bautista, por citar un caso, es uno de los ejemplos más memorables!
Las cuentas de la Cámara, salvo cuando es de los cabildos, son cuentos de caminos que ni ellos se creen. Por ello, indigna saber que, a pesar de su inutilidad, se han aumentado el sueldo en función de la aplicación del tabulador salarial instituido por una resolución dictada por el pleno anterior.
El aumentito, en el caso del presidente de la Cámara, Hugo Álvarez Pérez, será de RD$73,500, lo que elevará su salario a RD$423,500 (ganaba RD$350,000); mientras que el resto del pleno se aumentó RD$65,793.84, gracias a lo que recibirán RD$379,097.84 (tenían RD$313,304). El aumento, más alto que el salario del 90% de los dominicanos, es un insulto a los que pagamos sus onerosos emolumentos.
Más indigna aún revisar sus gastos de febrero: RD$2,140,000.95 en almuerzos, RD$193,625.5 en lavandería, RD$33,725 en cigarrillos personalizados, RD$20 millones en dos certificados de Banservas y $1,103,495.50 para que miembros/funcionarios vayan a Boston. ¿Quién audita esto? ¿A nadie le duele nuestro dinero?