Una campaña electoral atípica

Una campaña electoral atípica

La campaña electoral dominicana cambió totalmente de forma, rumbo, estrategia y objetivo cuando a mediados de marzo “coronamos” la pandemia. Desde entonces Gonzalo Castillo, Luis Abinader y Leonel Fernández no han dejado de repartir mascarillas, guantes y hospitales de campaña y hasta a traer a dominicanos que quedaron perdidos en el extranjero. Quiere decir que se han dedicado a ver cómo ayudar ante la crisis temporal epidemiológica y se han olvidado de la crisis permanente en que ha vivido y vive el país. Ya no hablan sobre cómo reducir la corrupción, la pobreza, la inflación, la criminalidad, las drogas y el desempleo. Tampoco, y a pesar de la experiencia de la pandemia, citan cómo mejorar los servicios de salud. No reconocen que la inversión en educación no es un simple negocio de bienes raíces, construyendo escuelas, sino más bien mejorar la calidad de los maestros, pues ser profesor es la única profesión que hace posible todas las otras profesiones.
No se habla de celebrar un debate entre los candidatos y tan solo el PRM ha publicado su programa de gobierno. Hacen mutis en cuanto a qué hacer con las plantas de Punta Catalina y no citan cómo enfrentar el gran déficit de las distribuidoras de electricidad, el déficit cuasi fiscal y cómo diseñar una reforma tributaria. Se reparten mascarillas pero no se habla sobre cómo enfrentar los fuertes déficits de balanza de pagos y presupuestales provocados por la pandemia, la cual ha frenado el crecimiento económico. ¿Qué han dicho los candidatos sobre como revivir el PIB ahora estancado después de tanto crecimiento?
El coronavirus ha golpeado a los dominicanos en los barrios neoyorquinos de Corona, Queens, Brooklyn, Washington Heights y el Bronx entre otros, donde muchos han muerto. Los latinos y afroamericanos han sufrido mucho más proporcionalmente. Cuando los dominicanos sobrevivientes puedan viajar por avión para visitar la patria, ¿tendrán que hacer cuarentena al llegar aquí?, ¿será esa diáspora neoyorquina responsable de una segunda o tercera ola de infección? ¿Qué piensan los candidatos al respecto? El virus nos llegó traído por turistas desde Europa. ¿Cuál hubiese sido nuestra actitud si haitianos residentes en París lo hubiesen llevado a Puerto Príncipe y desde allí hubiese llegado a nuestro país a través de la mano de obra haitiana? ¿Otra gran campaña anti-haitiana?
Estudiando las cuatro etapas de la apertura post “Quédate en casa” establecidas por el gobierno, luce que en ningún momento previo a las elecciones se permitirán caravaneos o mítines, ya que irían en contra del objetivo básico del distanciamiento social. El caravaneo es una forma primitiva de hacer campaña, la copiamos hace años de los puertorriqueños y es lo que más se asemeja a un desfile de carnaval pues tampoco allí hay discursos. Las campañas electorales modernas son cortas (lo está siendo la actual involuntariamente, dado el virus) y utilizan los medios sociales en internet, spots televisivos y por radio, sin mítines físicos. La pandemia de pronto nos está obligando a esta modernización, algo que nuestra sociedad civil hace tiempo ha estado exigiendo. Queda la pregunta: ¿Cuál candidato se va a beneficiar más con esta nueva forma de hacer campaña? Pronto sabremos.
Dadas todas las limitaciones anteriores, parecería que los votantes tendrán que plantearse dos alternativas solamente: (1) como llevamos veinte años bajo gobiernos del PLD donde ha abundado la corrupción y no hay ningún culpable de esos que esté preso, ha llegado el momento de cambiar, votando por el PRM. (2) la pandemia ha provocado la peor crisis económica en el país en décadas. Los gobiernos del PLD han demostrado que saben manejar la economía. El río está muy crecido y revuelto y no es el momento de cruzarlo cambiando de caballo, aunque sea un penco. Hay que votar por el partido del gobierno.
¡Escoja usted!

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