Una carretera con ínfulas de vía moderna

Una carretera con ínfulas de vía moderna

POR  DOMINGO ABRÉU COLLADO
La carretera Duarte comenzaba en la Máximo Gómez, hasta donde se consideraba era límite de la Capital -hablamos de principios de los sesenta – y luego todo eran potreros y fincas de los dueños de la Capital, cabeceándose sus linderos con los bordes de las pistas de aterrizaje del Aeropuerto General Andrews, alejadas vacas y caballos del rugido de los Douglas de Pan American y quemadas las hierbas y pajonales por el horrísono chorro desmesurado de los espectáculos volantes que siempre asombraban a los pocos habitantes cercanos al aeropuerto y a esta salida de la Capital hacia el Cibao.

Junto con el modernismo que acompañó al nuevo asfalto y anchura de la carretera Duarte aparecieron también los nuevos edificios que alojarían muchas de las empresas que habían nacido y crecido en medio de la silenciosa Capital, que poco a poco se iba llenando de gente cada vez más ruidosa, preconizando lo que ahora vemos.

Para ayudar al modernismo de la carretera Duarte en los Estados Unidos mataron a John Fitzgerald Kennedy. Unos dicen que fue la CIA porque Kennedy había decidido no joder más con la vaina comunista y hacerse medio amigo de la Unión Soviética, principalmente luego de la crisis de los misiles (en Cuba) y de la fracasada invasión de Bahía de Cochinos (también en Cuba ¡qué casualidad!). Otros dicen que lo mataron los protestantes, porque era la primera vez que los Estados Unidos tenía un presidente católico, y ellos no querían que el Vaticano llevara sus bancos para Wall Street, y los judíos menos. Yo tengo la firme creencia de que lo mataron para que aquí le pusieran su nombre a ese pedazo de la carretera Duarte, nada más que para que sonara más moderna y los empresarios e importadores de vehículos se sintieran más a gusto en el ambiente moderno.

También algunos bancos llevaron sus sedes para esa zona, puesto que ninguna otra revolución los iba a coger de pendejos a todos, con todo y bóvedas metidos en la Zona Colonial.

El tema es que con todos esos esfuerzos modernistas, coronados con la construcción de elevados y pasos peatonales, no ha habido manera de que el modernismo llegue a la cabeza de los dominicanos, que como ocurre en la intersección de la susodicha con la Winston Churchill han arrancado de cuajo las señales de “No Pasajeros” para instalarse a tomar pasajeros; han roto y tirado la baranda metálica para echarle mano a los pasajeros; se estacionan hasta en hilera doble a esperar pasajeros, creando los consabidos problemas, y han mandado el modernismo y el orden al carajo, todo en aras de los pasajeros, que como manada de idiotas les obedecen más que a la Constitución.

Aquí, donde arrancaba la Duarte

Era en este punto donde arrancaba la carretera Duarte. Al fondo, “como veis y veréis” por mucho tiempo, se levanta el Banco Popular -de los que dijo que “¡nada, ninguna Zona Colonial de nada!” – Pues ni siquiera aquí, en el final oficial de la Capital e inicio también oficial de la carretera Duarte, ha sido posible que el modernismo imponga reglas.

En ese punto se estaciona una hilera de carros y guaguas a esperar pasajeros. Incluso se estacionan paralelos, dificultando el paso de los que vienen desde el oeste para tomar la Máximo Gómez hacia el sur.

Y por raro sortilegio la gente de Amet se instala unos treinta metros más adelante, dejándolos hacer al cuadrado, es decir, dejándolos hacer lo que quieran y dejándolos hacer sus cuartos. Y no es que los Amet vayan a quitarles algunos pesos a los choferes, no, eso no, de ninguna manera, sería faltarle el respeto a la verdad  En realidad yo creo que son los choferes que se los dan espontáneamente. Y ellos -los Amet- para que los choferes no se sientan mal, pues los cogen, y no presos, precisamente. Y ahí es donde caemos de nuevo en el asunto del modernismo que no llegó a la cabeza de los dominicanos. Porque si el modernismo tenía el propósito adicional de eliminar el macuteo policial -como aquel que en la esquina de los bancos de la Isabel La Católica con Mercedes (de la Zona Colonial) sentó sus reales con gafas Ray-Ban y par de coronas dentales de oro hasta hacerse de varios carros para el concho, ¿lo recuerdan? – ¿por qué argumentación se sigue con la misma macutera? mudada de la Zona Colonial al entronque entre la avenida Máximo Gómez con la ex carretera Duarte.

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