Una carretera de rockash

Una carretera de rockash

Los senadores de nuestro Congreso asumieron la patriótica actitud de demandar que sea devuelto a ultramar, al país de origen, o a donde sea no importa , el rockash traído a Manzanillo y Samaná. ¡Ah!, de paso, los senadores también han decidido que junto con el rockash se lleven la mitad del Parque Nacional del Este, la Bahía de las Aguilas, media Reserva de las Cuevas del Pomier, y algunas otras playas y recursos naturales que en realidad no estamos necesitando en el país, porque tenemos demasiado.

El patriotismo estratégico de nuestros senadores diseñó una especie de «carretera de rockash» para echar a correr a todo el que quisiera protestar contra el rockash. Y como corrió tanta gente protestando levantaron tanto polvo del material en cuestión que los senadores aprovecharon para irse por un desvío y en un santiamén armaron aquel famoso coro de «corroboro, corroboro», que hizo famoso nuestro decimero Alix.

Ustedes no se habrán fijado en eso, pero miren cómo nuestros deportes y nuestros mejores deportistas han influido en nuestros senadores. Se han vuelto tan veloces como Félix Sánchez cuando quieren ser veloces para aprobar determinados proyectos ; cargan con cualquier peso de crítica sin importarles que pese un pueblo entero, así como Wanda Rijo puede con cualquier juego de pesas; se saltan olímpicamente cualquier ley con tal de cumplir con sus metas personales, tal y como lo hace Juana Arrendel; andan en los carros más caros, como nuestros famosos Luis Méndez y Tony Canahuate; y como Sammy Sosa, Alex Rodríguez y Pedro Martínez, tienen asegurado un futuro millonario.

Eso es para que ustedes vean que el patriotismo paga, para que sepan que si se es patriota, como nuestros senadores, no tienen que preocuparse ya «maninunca» por su situación económica. Pero mucho menos tienen que preocuparse por la situación económica del país del presente, ni del país del futuro.

Roberto Santana me dijo que no todos los senadores son tan patriotas como los que yo describo aquí. Pues sería saludable saber cuáles son esos senadores que se niegan a correr por esta carretera de patriotismo. Porque si hay alguno que no profese este tipo de patriotismo debería hacerlo público. Deberíamos saber cuáles fueron los que no levantaron la mano para aprobar la patriótica venta de nuestras Areas Protegidas.

El pueblo tiene derecho a saber cuáles son esos senadores traidores que no quieren entregar nuestros recursos naturales para convertirlos en dólares.

Un proyecto para arreglar el letrero del proyecto…

Saliendo de la ciudad de Barahona hacia Batey está este liceo, cuyas condiciones de deterioro físico son más que evidentes.

Frente al edificio del liceo, más bien, en una esquina, está el letrero que anuncia el proyecto para la reconstrucción, remodelación, rehabilitación y otras buenas intenciones para con dicho liceo.

Pero ocurre que ya el letrero necesita una reconstrucción, remodelación, rehabilitación y otras buenas intenciones para con él.

Y hemos caído en cuenta en lo interesante que se vuelven estas cadenas de proyectos en la República Dominicana. Miremos.

El liceo necesita una rehabilitacion, pero el letrero necesita ya una rehabilitación. Lo más probable es que la oficina encargada necesite también una rehabilitación.

La rehabilitación del liceo es para rehabilitar a su vez la educación en esa parte de Barahona, y la educación es para rehabilitar a la población en sus proyectos de vida. Pero los proyectos de vida de la población necesitan ser rehabilitados en términos laborales para que la gente se sienta rehabilitada económicamente. Y aquí se llega al último eslabón de la cadena, que empalma con el primero:

Rehabilitar el liceo para rehabilitar la educación para rehabilitar la población para rehabilitar sus proyectos para rehabilitar sus posibilidades laborales para rehabilitar su economía para rehabilitar sus posibilidades de ir al liceo… y encontrarse con el letrero que necesita rehabilitación para anunciar la rehabilitación del liceo para rehabilitar la educación para rehabilitar la población… etc…

La basura de los universitarios

Esta carreterita lleva hasta uno de los edificios del Centro Universitario del Suroeste, Curso o algo por el estilo de la Universidad Autónoma de Santo Domingo.

A cada lado de esta carreterita se encuentran montones de basura que van ambientando el acceso de los estudiantes a su centro docente universitario.

Y los estudiantes se sienten bien con su ambientación. Y los profesores se sienten bien también con esa ambientación. Y los directivos del centro docente universitario se sienten tan bien como los estudiantes y los profesores.

Y ustedes se preguntarán: ¿y por qué razón se sienten bien andando en medio de la basura? Pues, la verdad, yo no lo sé. Pero si la han dejado ahí, y si no han hecho nada por quitarla o por evitar que no sea depositada camino a su centro docente universitario y a pocos metros de éste, es porque se sienten bien con ella ahí, en su camino, a su vista, a su olfato y a su contacto.

Pero además, yo imagino que esos estudiantes universitario habrán crecido entre la basura: basura en el patio de sus casas, basura en el frente de sus casas, basura en las esquinas de sus respectivos barrios, basura en las escuelas que estudiaron, basura por donde quiera que pasaron… ¿por qué causa iban a sentirse mal ahora con un poquito más de basura? si después de todo ellos no lo van a resolver, esos no serán sus problemas, ellos no se están «educando» para bregar con basura.

Un perfil habitacional

Dos edificaciones que pertenecieron (según se lee por algún sitio) a unas corporaciones o asociaciones cafetaleras permanecen abandonadas entre Batey Central y Salinas, en Barahona.

El perfil de la niña Mayra Connors se recorta contra una de esas edificaciones vacías. El contraste no es solamente el color. También está el otro contraste: el edificio está vacío y Mayra está llena de esperanzas.

Una explanada cementada en la que antes se secaba el café permanece desierta, correteada por niños a veces o paseada por vacas otras.

En la carretera, hileras de casas se amontonan y familias enteras se hacinan sin ningún proyecto habitacional en su futuro. Casi con seguridad toda esa gente de Batey Central y Salinas han recibido la información de que la Constitución de la República les da el derecho de ir a votar cada 16 de mayo cada cuatro años, así con toda seguridad.

Ahora, lo que es absolutamente seguro es que toda esa gente nunca ha recibido la información de la que Constitución de la República también les reconoce el derecho de tener una vivienda, y encarga al Estado de gestionar que así sea.

Y tan seguro como eso es que nadie por ahí ha recibido la información de que la Constitución de la República les reconoce el derecho a tener un empleo digno, y que el Estado de garantizar eso.

Pero hasta ahora, solamente le han puesto fecha al derecho de votar, y les han dicho que esa es su esperanza, la esperanza de Mayra Connors, la esperanza de no esperar nada.

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