YAMIRA TAVERAS
SANTIAGO. Todos los elementos necesarios para prolongar el testimonio Castibú están descritos en cada rincón de esta residencia construida en las alturas del exclusivo sector Gurabo.
El ayer y el hoy se mantienen inalterables en el marco mágico artesanal con sentido moderno de una casa soñada por Ramón Sánchez en complicidad con su familia.
Aquí la arquitectura no tiene muchas armas, ya que con solo mirarla se advierte en ella lo esencial, lo demás está hecho por las manos de artesanos.
Entonces, con la fragancia de lo muy criollo adherida, el ambiente se puede describir como puramente campestre a pesar de estar dentro de la ciudad… sin ruidos, pues tiene como vecinos a los más extraños animalitos que ya se han familiarizado con el entorno. Con un estilo muy personal, que combina sentimientos y forma de vida, tal como advierte su mentor, esta casa es Castibú, y Castibú soy yo.
Esta vivienda se beneficia de la proximidad de las montañas y, por supuesto, de un hábitat excepcional. El proyecto de edificación se divide en tres pisos con un diseño estructural ajustado a los deseos de la familia Sánchez y que logró interpretar muy bien Leticia Espinal, arquitecta y diseñadora de interiores, al hacer la distribución arquitectónica de los espacios.
Como ya había trabajado en el taller de Castibú con interiores, y existía una conexión profesional y sentimental que conocía, la idea de trabajar en los planos me encantó. Fue fácil y difícil a la vez, pero el proceso estuvo lleno de satisfacciones, comenta Espinal. Por las características propias del terreno, la parte frontal asume el protagonismo con los espacios abiertos, pero al llegar a la sala principal, la vista ofrece una perspectiva interior atractiva, que va desde enormes lámparas hechas a mano e impresionantes techos cubiertos de canas y tejidos de bambú amarrados con cueros, hasta una cascada que agrega más frescura al ambiente,
Quisimos que fuera de cana porque nos identificamos con ella. La cana es el lenguaje más natural de decir que nosotros somos naturales. Es un elemento térmico, es tropical y ciento por ciento natural, amortigua los ruidos y con la lluvia, es simplemente poética argumenta Fabiola, el alma gemela de Ramón Sánchez. Ahora llegamos a la escalera interior, que conduce a las habitaciones, a un gran salón de estar y al jacuzzi.
1. La solicitud
La pareja escogió todo en madera y solicitó que los espacios fueran totalmente abiertos.
2. Lo primordial
Era conjugar la comodidad y el carácter funcional y auténticamente artesanal de esta residencia.
3. Los techos
Seleccionados en Restauración y las piedras que componen la cascada fueron colocadas a mano.
SABOR CAMPESTRE
Vocación por el arte
Decidido a intensificar la vocación en un arte que comenzó a satisfacer los íntimos sentidos, Ramón Antonio Sánchez decidió cambiar La Jungla (su primer negocio) para buscar la caña brava, o Castilla, asociándola a Bambusa, el género al que pertenecen las plantas milagrosas del Oriente y cuya siembra en el país hace mover laderas territoriales.
De tal vínculo nació Castibú, una inserción mueblista que se abre camino desde el corazón cibaeño, desde donde recolecta bejuco, acacia, pieles, guano, metales, cerámica, telas, colores y modos que adquieren un poder simbólico en sus manos. La suma de esos elementos obtenidos como cosecha se convierte en una provocación visual de la naturaleza restituida en el mueble.
La residencia no está pintada, solo utilizaron pintura natural para proteger la madera, que es de roble brasileño y criollo, palos de café, corazón de pino y tabla de palma con y sin cáscara. Los postes que agarran todos los techos fueron seleccionados cuidadosamente de Restauración, y las piedras que componen la cascada fueron colocadas a mano. Las canas fueron puestas por unos artesanos de Monción.
Ramón Sánchez
Esta es la casa que siempre soñé. No hay una fecha específica en que lo haya hecho, pero sí, desde que pude hacerla, se ha convertido en el nido esencial para mí, mi esposa Fabiola y los niños. Todos la disfrutamos enormemente.